Haber
nacido en el año 1997, en Venezuela, y amar el fútbol, tiene sus ventajas. Con
seis años de edad, la primera selección que empezaron a seguir por televisión
fue la de Richard Páez. Otros más grandes hablarán de viejas canciones o
películas en blanco y negro en las cuales destacan numerosas goleadas adversas;
para un chico del año 1997 eso suena a prehistoria.
Cuando
empezaron a ver fútbol de manera consciente (Por ahí con once o doce años), ya
habían vivido el boom de celebrar una Copa América en casa y se topan con la
primera clasificación a un mundial FIFA masculino; ven en los noticieros goles de
libre directo de Juan Arango, mientras en las calles se consiguen con consignas
que aúpan a asistir al estadio. Gestas históricas en la Copa Libertadores, como
las del Táchira, Estudiantes y Caracas, se las vendieron como rutina.