“Esto
es así” o “Esto se hace así”, son dos de las frases que más me revuelven el
estomago, pues desde lo más profundo de mis entrañas cobra mayor fuerza cada
día una creencia que me asegura que ninguna verdad es absoluta, todo es
discutible, cada persona tiene su realidad y si vamos a lo que nos incumbe, en el
fútbol, es más que trillado decir que: “cada técnico tiene su librito”.
Hace
algún tiempo publiqué una nota explicando una división zonal del campo en tres
bloques (Zona 1; 2 y 3) dejando la promesa al aire de que en un futuro
ahondaría más aún en dicho asunto. Hoy, para riqueza nuestra (Mía y suya, lectores), tras
conversaciones con el laureado D.t Saúl Maldonado (No necesita presentación)
expongo otra división, quizás hasta más ortodoxa y en la que se muestra más
detalladamente las formas de ocupar el espacio en un campo de fútbol.
Como ven, las
zonas propuestas se denominan 1/4 (zona1); 2/4 (zona2); 3/4 (zona3) y 4/4
(zona4). Dejando claro, por si a las dudas, que el restos de los principios
expuestos en la nota anterior, alusivos a los momentos del juego (ataque,
defensa, transición ataque-defensa y transición defensa-ataque) mantienen su
total validez.
Como ven en la
imagen superior, el campo posee a su vez dos divisiones momentáneas en función
al lugar en el que se encuentre la pelota: zona fuerte y zona débil. Se
entiende como la primera el lugar en el que se está jugando el balón y por ende
la zona (En ese momento) más poblada del terreno de juego; mientras que la zona
débil es por consecuencia, la porción del terreno de juego en la que no se está
jugando la pelota y por consecuencia la menos poblada.
Sin ánimo de
ahondar mucho en este concepto (Ya lo haré en notas futuras), conviene aclarar
que el uso y la transición de una zona fuerte a una débil, es la clave bajo la
que se duerme una expresión tan trilla por los periodistas de nuestro fútbol:
“generar sorpresa” u otra como “abrir el campo”, acción que consiste en
trasladar el balón de una zona fuerte a una zona débil, para generar ¿sorpresa?
Para cerrar,
expongo una división más exacta del terreno de juego.
Aquí se
muestran 8 divisiones que podrían nombrarse, por ejemplo, 1/4 de zona fuerte,
zona 2 de zona débil, 3/4 de zona débil o zona 4 de zona fuerte, por mostrar
alguna denominaciones viables.
Estos
8 espacios, cada D.t busca la manera de que su equipo los ocupe en función a la
idea de juego que quiera plasmar y a los conceptos que debe ejecutar para
realizar la mismas. Conviene recordar, para finalizar, que el campo de fútbol
es uno sólo, con medidas preestablecidas, todo muy concreto, pero las palabras
son miles, muchas muy abstractas, por ende cada D.t es libre de manejar, crear,
armar o desarmar sus propios paradigmas, al fin y al cabo dicha
profesión se basa en la originalidad para trabajar.
Para leer: Las llaves de mi casa
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