Las
ruedas secas de una patineta o de unos patines dejan marcas dolorosas sobre el cemento
de nuestras piscina, la misma que creemos estará llena para el próximo curso o
al menos habrá subido su nivel, pero sigue estando vacía y cada día más
marcada, incluso con el ruido blasfemó que retumba en eco entre la grandeza de
sus paredes, ese ruido efímero que huele a mentira, que se siente banal y que
deja el grafito de una herida cada día más profunda.
¿Cuántos
de ustedes han nadado… y sentido el agua en su piel, a esa temperatura agradable o puede que desagradable, para luego relajarse en una piscina llena…
llena de agua sin eufemismos… llena de agua para flotar y verse desde la luz
del sol o el sonido armonioso de su relajo interior….? ¿Cuántas veces has
flotado plácido/a sobre una piscina? Y luego has soñado que caes sin parar de
un edificio, para tu cuerpo estrellar contra la cruel realidad de una piscina
vacía.
Vacía
de proyectos, vacía de nivel, vacía de sensatez, marcada de estupidez; cada vez
más palpable, por más que buhoneros sigan vendiendo un empaque sin juguete bajo
el eslogan: “El fútbol venezolano esta creciendo”
Creciendo
esta la fe a que esto mejore, de que un producto pésimo con nivel en involución
se ate al cabo de la cordura y empiece a rodar hacia un futuro más alentador,
porque ya estoy fastidiado de que año tras año se cague la misma mierda y se
siga comiendo lo mismo para seguir defecando igual…
Mientras
los terrenos del Real Esppor son invadidos, en una foto que escribe debajo:
“Solo en Venezuela”, la junta directiva, como premonición temerosa desde el día
de su fundación cuando en el ritual de bautizo se evocaron los fantasmas del
Marítimo, UAM y compañía; se ha quedado sin dinero, con la deuda de tres meses
a sus jugadores más la prohibición de hablar con la prensa.
Queda
sin memoria la tortura del curso pasado, con Atlético Venezuela, Caroní y
Zamora, sufriendo por la demora. Y siguen vendiendo cajas de comida totalmente vacías.
Vacías
más aun desde la expansión, en un país que por mucho que me hiera esta
afirmación, carece de medios para mantener 18equipos en primera división. Los
torneos internacionales son la historia de siempre, buscando gestas históricas
eventuales, cada año, con mayor sabor a utopía.
Pero
año tras año es lo mismo con la misma promoción de eslogan, eso sí, ahora con
la moda de pedir respeto en una de las ligas que más cobra por ver fútbol (Latercera de Sudamérica) y que aun así LE DEBE A SUS JUGADORES.
Que
vacía es nuestra piscina. Alguien debería decir que falta el agua en una
construcción gigantesca, tan grande y tan vacía que cada día se ve más fea.
Para leer: El goleador.
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