Sin el pulmón (Previa del Venezuela-Chile)

Será difícil, bueno, nadie dijo nunca que sería fácil, salvo, quizás, el ego de algún hincha o la vanidad de algún aficionado que se esconde detrás frases como: “hay que ganar porque sí” como si en Chile no se dijera lo mismo, como si se jugara una partida de PlayStation; el fútbol, es un juego de oposición directa y eso, conviene tenerlo en cuenta.

               

Tomás, tiene que madurar sus entradas (A veces me recuerda a un joven Mascherano), se hace sacar muchas tarjetas; lo cierto es que su baja es quizás la más sensible que podría tener el conjunto nacional, no solo para afrontar a Chile, sino a cualquier rival…

                

Se supone, que el ánimo de gestionar, al menos en el pitido inicial, se verá sujeto por las ganas de ganar el partido, lo que supone un cambio, no desde el número de teléfono (4-2-2-2) sí, desde el estilo.

                

Sin extremos. Es más que probable, que Arango y Seijas se muevan como enganches, ante la caída por la banda de uno de los delanteros (Creo que jugaran Miku y Salo), para armar un movimiento muy de Farías, en el que se gana un poco en la posición y posesión del balón, pero se descuida un flanco defensivo; en ese sentido, también es viable que uno de los puntas se tire por la banda contraria a Luisma, para que esté, juegue como exterior.

                

Cichero y Rosales, casi seguro, doblarán a los medios, siendo así los falsos extremos durante la transición defensa-ataque o en la misma organización ofensiva. Si bien Rosales anda en mejor forma (Y despliega más recursos que Gabriel), la proyección de ambos estará condicionada por los movimientos que le asignen a los dos enganches y  puntas.

                

Este Chile, es disímil al de Bielsa, menos vértigo más mastique. La posesión es un arma común en los equipos de Borghi; y Matías Fernández, sí juega (Estaba en duda por lesión) es la cara intermitente de dicho sistema. Chile no tiene el vértigo de Uruguay y sí la creatividad-lógica que le faltó a la Celeste para vencer a la Vinotinto; por ende, sí en algún momento se quiere asumir el reto de renunciar a ganar, habrá que tener especial cuidado. Por ese lado, Amorebieta (A estas horas, se rumorea una lesión) sería muy útil. Tiene una anticipación ajena al central criollo, y muy poco rubor para romper las líneas defensivas con sobrada inteligencia.

                

Respecto a la primera línea de volantes, parece casi un hecho que Di Giorgi jugará. Ojo, el partido anterior respondió positivamente a un contexto diseñado para él. El equipo jugó para Di Giorgi; lo protegió, pobló sus alrededores, achicó líneas y desancló a Salo y Feltsher, teniendo a demás, a sus espaldas, un respiro llamado Tomás. La intención, ahora de locales, será ganar el partido, será “jugar”, por lo cual habrá que ver si la voz del criticado volante se acopla a una coro en el que se sentirá más expuesto, no solo por el estilo, sino porque no tendrá al mejor tapa huecos a su lado. Ágnel y Guerra se postulan (Seijas, en esa posición, frente a esté rival, es un riesgo muy grande), para mí, una combinación entre ambos (Dudo que se dé, de inicio) sería lo ideal para suplir el aire que un jugador, mañana ausente, acostumbra dar a las respiraciones colectivas.

Lisbm. Lizandro Samuel.

Para leer: El timonel de la PlayStation

Venezuela 2012