domingo, 7 de abril de 2013

La paradoja de la unión

“Vinotinto somos todos” es una consigna que se ha repetido, con marcado énfasis, desde la Copa América Argentina 2011, la cual, impulsada por el buen accionar de los dirigidos por Farías, ayudó a sumar casi tantos adeptos como venezolanos hay en el país.
                
Para otra nota quedaran los debates sobre el verdadero apoyo o no a la selección, misma la cual parece ser vista por ciertos sectores sólo como una marca; no en vano hay quien dice “ser Vinotinto”, mas en su diccionario no se muestran palabras como: “Hamburgo”, “Tomas Rincón”, “Rómulo Otero”, “Nantes”, entre otras…
             
Citando a alguien muy docto en esto del balompié: “históricamente a la mayoría de las personas les gusta el fútbol, pero casi nadie lo entiende”. Xavi Hernández, reparte sabiduría como asistencias. Conviene aclarar lo útil de un fervor hacia la selección y lo utópico de esperar del mismo un creciente conocimiento respecto a nuestro fútbol (Este va mucho más allá de la camiseta nacional) o más improbable aún, en lo alusivo al estudio del juego (Es de locos pedir aquello que un gran groso de periodistas famosos no hacen).
                
Pese a todo esto, insisto en la marcada importancia del balón, pues sin llegar a la total unificación de un país, al menos se ha conseguido homogenizar de forma parcial durante cada partido eliminatorio. En tierra polariza, los puentes vinotintos son nuestro mayor activo de paz.
                
Ahora bien ¿No es irónico como estos puentes pueden ser quebrados por quienes guían el proceso hacia Brasil 2014? Al parecer, a nadie le duele más una crítica o duda con respecto a su trabajo, como al cuerpo técnico de la selección.
                
Palabras soeces en conferencias de prensa, mendigar respeto, ganar y tomarse la camiseta frente a un micrófono, con especial vehemencia; culpar a algunos de “no apoyar el proceso” o de “exigir demasiado” (Richard Páez, en su último año en el combinado nacional, se hubiese reído de lo dócil de la prensa para con el proceso actual); todo esto conforma el repertorio de shows, del señor Cesar Farías, a quien uno de mis lectores definió como “todo un psicólogo de medios”.
                
Las conferencias de prensa son un lugar especial. A Bielsa gusta verlo por su habla del juego. Mou, es un pozo sin fondo de material para los sensacionalistas. Pep, un poeta en las mieles filosóficas de fútbol y vida. Maradona, un gusto para quienes quieren ser enviados a “mamar”, y Farías, bueno, a Cesar Farías hay que ir a verlo poner la mano entre los dientes, desorbitar los ojos y decir: “nos quedan tres partidos con el cuchillo entre los dientes. Ahí”. De tener un hijo iniciándose en el deporte, no me gustaría un gesto similar de su entrenador.
                
El buen accionar en lo deportivo del cuerpo técnico actual (Dudas al margen de su ideario de juego), se ha visto opacado por esas consignas bélicas, las cuales como si de Simón Bolívar se tratase, parecieran decir: “o estás conmigo, o estás en mi contra”.
                
De antemano expreso que no soy especialista en historia; igual, me gustaría saber de alguna guerra la cual haya dejado a todos los bandos “felices y unidos”.
                
El fútbol, es fútbol, nada más, al menos en su sentido de juego. Es algo lúdico, es diversión con responsabilidad; es ilógico, por ende, pretender defender la patria con un balón, pues eso sólo se logra siendo buen ciudadano, no ganándole a Argentina o Colombia.
                
Quizás, pueda entender desde el concepto de la palabra “fútbol”, tanto show y circo, después de todo, el fútbol (Diferenciándolo del “juego de fútbol”) es un espectáculo globalizado, lejano al rodar del balón y cercano a las marcas publicitarias. Eso sí, no comprendo la especial dedicación para seguir dividiendo en vez de uniendo. Las consignas bélicas, antipatía, desidia a contestar preguntas, o berrinches, nos haces caminar en sentido contrario.
                
Se siente rencor. Buscan imponer, no convencer. Tachan con adjetivos crueles a quienes de ellos dudan y… ¡Ah! ¡Sorpresa!, dividen. Ninguna de estas actitudes ha dejado paz y armonía en ningún lado, nunca. Quizás, convenga recordar a Nelson Mandela, quien sí llegó a enfrentar un verdadero caso de desunión y odio, algo mucho más complejo que la crítica de la prensa hacía un planteamiento de juego: “nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión. La gente tiene que aprender a odiar, y si ellos pueden aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar, el amor llega más naturalmente al corazón humano que su contrario”. Convencer al supuesto equivocado, desde el amor (Si es mucho pedir, al menos desde la razón), siempre es más fácil que repudiarlo, discriminarlo o maltratarlo, por pensar diferente. Eso diferencia a un jefe de un líder.
Para leer: Su otra yo


4 comentarios:

  1. Saludos Lizandro.

    Creo que, como casi todo lo que sucede en este país actualmente, las actitudes del cuerpo técnico de la selección venezolana de fútbol, son producto de la violencia social que vivimos. No se trata únicamente de hampa, sicariato o asesinatos, se trata de violencia entre los ciudadanos, repudiar la opinión de otros, solo por no ser la tuya, criticar la posición de otro sin ningún tipo de argumentos. Nosotros mismos somos el mejor ejemplo para que cambiemos esa situación. En lo futbolístico, aportar como un buen fanático, criticar como un buen periodista y en lo social, aportando como un buen ciudadano. Te invito a leer mi blog. Saludos y respetos!

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    1. Totalmente de acuerdo contigo, José.

      Mil gracias por pasar, leer, comentar y sumar al blog. Ya me paso por tu blog. Saludos :)

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  2. Brother creo que estas equivocado, el discurso de Farías si es de unión, el pide que nos unamos todos a apoyar la selección y defenderla a capa y espada contra los malos arbitrajes, contra las injusticias, y contra las críticas destructivas.

    Y en mi opinión tiene razón, como es posible que venezolanos ven que pierde su equipo favorito, por ejemplo Madrid, Barza, Juve, etc. Y lo primero que hacen es decir que no se pitó el penal, que se anulo mal un gol, etc, etc, etc. Esto ocurre aun en escenarios cuando no se ve desfavorecido el equipo en cuestión por el arbitraje. Sin embargo roban descaradamente a la vinotinto en Buenos Aires y el venezolano ignorante va y arremete de una contra el planteamiento de Cesar Farías, sin darse cuenta que se jugó de visitante ante un rival difícil y con el arbitro en contra. A eso le sumas la mala suerte o falta de puntería, en especial de Romulo Otero que se comió 2 goles hechos y te daras cuenta que a pesar del 3-0 estabamos haciendo un partido digno y que pudimos haber traido puntos.

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    1. Gracias por pasar, leer, comentar y sumar al blog.

      Efectivamente, creo que Farías busca la unión, para con su manera de pensar, excluyendo cualquier crítica u opinión contraria; algo así como un "o estás conmigo o estás en mi contra", odioso por demás. Por consecuencia, no quiere convencer, quiere imponer con gritos y gestos groseros a quienes de él dudan (¿Quién puede tener la verdad absoluta? ¿Hasta qué punto puede llegar la soberbia para hacerte sentir dueño de la verdad?); no, no creo quiera unir (En el sentido más bello de la expresión es convencer, armonizar, respetar), siento, repito, que busca imponer (Conquistar, obligar, repudiar al diferente)

      En lo referente al juego contra Argentina, primeramente habría que definir los ítems a evaluar cuando de hacer un "partido digno" se trata. Lo que si siento, es que el partido y el planteamiento fue errado, y pese al error arbitral en el tercer gol, decir que se "pito en contra" se me antoja por demasía exagerado, más aun teniendo en cuenta la apabulladora superioridad argentina.

      Creo que debemos reflexionar, siempre reflexionar antes de actuar. Procesar antes de evaluar. A veces, los colores nos ciegan, y ciertamente no considero correcto apoyar algo por incoherente o pobre que sea, respaldado por el simple argumente de que "ese es mi equipo" o "mi país". Hay que indagar, preguntar, cuestionar y eso nada tiene que ver con ir en contra de una meta, sí con la intención de mejorar de cara a esa meta. "La duda es uno de los nombres de la inteligencia" dijo Jorge Luis Borges.

      En fin, es cierto que existirán sectores que acometan de forma desmedida e incoherente contra el cuerpo técnico, son los mismos que lo apoyan de forma visceral y cegados por la camiseta. Conviene, eso sí, seleccionar las actitudes y entender de qué forma puede influir cada gesto hecho. A mí entender, la apatía genera discordia.

      Gracias por sumar al blog. Saludos.

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