miércoles, 9 de octubre de 2013

El camino de la reflexión

El comediante colombiano Andrés López –en su famoso stand up, La pelota de letras– comenta que una de las características principales de los miembros de las nuevas generaciones es que viven de “los segundos”; a continuación, procede a imitar a una adolescente actual quien se queda sin segundos libres en su celular, situación la cual le merece un hiperactivo ataque de pánico.

La ansiedad por la inmediatez no es exclusiva de los adolescentes quienes necesitan tener su celular a la mano –con disponibilidad de saldo, megas y segundos libres– para iniciar un maratón en contra del tiempo: acceder a la mayor cantidad de información posible indistintamente de sí la misma es o no procesada correctamente. La sociedad actual, regida por las aguas del Internet, ha adquirido esas maneras antes exclusivas de los pueriles. Aunado a eso, si se le suma el exitismo generado por la resonancia del balón, el fútbol actual se convierte en una gigantesca Calle El Hambre (Quien viva en Venezuela me entenderá) dedicada a despachar información, análisis y conclusiones medio crudas, con destino, casi obligatoria, a indigestar la cordura popular.

Ubiquemos los pies en el suelo: las posibilidades de clasificar al mundial, por parte de nuestra Vinotinto, son utópicas. Hasta Las Matemáticas –fieles porristas en las últimas dos jornadas– ven con suspicacia la titánica tarea Vinotinto. Asimismo, el Premundial aún no finaliza, Cesar Farías sigue enfrente de la selección, Juan Arango no se ha retirado y tampoco se han cerrado el cien por ciento de la posibilidades matemáticas de cara a Brasil 2014; después de todo, como tweeteó Alexis Martín Mister Chip: “Cosas más raras he visto”, en respuesta a alguien quien le preguntó por la posible clasificación de Venezuela al Mundial.

De cara al partido frente al eliminado Paraguay, la victoria se convierte en un último hilo de esperanza de, si no clasificar, al menos irse con una media sonrisa. La planificación del partido, eso sí, se ha visto truncada por las lesiones, previas a la convocatoria, de Salomón Rondón y Tomas Rincón, sumándose luego Cesar Maestrico González y más recientemente Rolf Felstcher. La no convocatoria de Gabriel Cichero no especifica razones. Por otro lado, la vuelta de Rafa Acosta a la selección se asume con la ilusión de un jugador quien mucho tiene para ofrecer, así como los al fin convocados Juan Falcón y Pedro Ramírez.

Por las características y el contexto, probablemente se pueda disfrutar en cancha de jugadores parlantes del mismo idioma: Josef, Otero, Yohandry, Alexander, Juan. De hecho, el seleccionador nacional parece estar planeando alinear como titulares a los tres primeros. Repito, el contexto invita.

Qué tan lleno o vacío estará el estadio, así como el comportamiento del mismo, es una incógnita. En San Cristóbal se regodean de tener al templo del fútbol venezolano; y en él se han presenciado milagros y sacrificios. El césped de Pueblo Nuevo guarda historias épicas, quizá por eso, según dicen, Farías habría pedido jugar el repechaje en dicho estadio en caso de una milagrosa clasificación. La Vinotinto planea rezar mucho en su templo.

Pero el estadio mantiene otra cara: la de su afición. Cual religiosos medievales pueden esquivar la apatía del hincha venezolano en la derrota, transfigurándose en bestias clamando la sangre de aquellos a quienes consideran culpables. El 20 de noviembre del 2007, el estadio se encargó de crucificar a uno de los personajes quien más le ha dado al fútbol venezolano: el cuerpo de Richard Páez salió cargado en la cruz de la crítica desmedida. Cesar Farías no tiene claro si fungirá de Ave Fénix o si va rumbo hacia su destierro definitivo. En la FVF su continuidad se ve con buenos ojos, pero más allá de resultados y procesos, saber vivir el presente, el aquí y el ahora, se torna fundamental. Indistintamente de cuanto suceda el día viernes, la reflexión debería ser un camino obligatorio: evaluar lo positivo, lo negativo, cómo mejorar, cómo corregir, qué le conviene a la selección, qué le conviene al fútbol venezolano y cuál debe ser el próximo paso. La duda, según Jorge Luis Borges, es “Otro uno de los nombres de la inteligencia”. Las respuesta no llegarán en uno o dos días, el análisis ha de ser profundo y pausado –segundos hay de sobra– a fin de asegurarse de darle el mejor rumbo posible a la selección. De momento, importa salir, salir a ganar.
Para leer: El huracán Karina

8 comentarios:

  1. Lizandro; excelnete como siempre...
    Ojala pase lo que pase el Viernes sea como tu dices un camino a la reflexion. Se analice seriamente que sucedio; y como se puede mejorar. Si necesidad de destruir todo lo que se ha hecho anteriormente. Tomas lo bueno de procesos (siendo simplistas) como el de Paez que inculco la confianza en los jugadores; el de Farias y su obsesión por lo perfecto y Pastoriza que si mal no me equivoco llamaba a crear la estructura desde abajo; si es Farias bueno que aprenda y deje un pelo la soberbia sino es Fairas pues que el que venga pueda aprovechar y tomar lo bueno de todos lo anterior y darle su toque personal...

    Ya no importara lo que suceda en los otros juegos; teorias de conspiraciones saldran muchas. Lo importante es que el Viernes jueguen un buen juego; se vea un buen equipo.
    De los fanaticos en los estadios y en especial en San Cristobal; son como escuche decir "un domingo le dicen al DT no te mueras y al proximo domingo le dicen por que no te moris".
    TE segundo en lo que dices; de momento hay que salir a ganar y hagan un buen papel; que ganen y mira si ganan 1-0 o 10-0 no importa..
    Quisiera que cierren bien este ciclo; que estos jugadores que hablan el mismo idioma y ojala esten juntos hagan una buena demostracion y asi sabremos que el futuro puede ser prometedor...
    Sigamos apoyandolos...
    saludos;
    Luis

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    1. Para que el futuro sea prometedor, se deben emprender prometedoras acciones en el presente. Esperemos suceda lo mejor. Un saludo, Luis, gracias por la constancia.

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  2. TU FILOSOFÍA BOHEMIA POR EL FÚTBOL ME ENCANTA AMIGO LIZANDRO...
    La vida está allí para vivirla, rectificarla, reordenarla y sentirla, lo triste es que a veces falta propósito y fe para llegar al puerto deseado y no quedarse en alcabalas insalvables, el bochinche, bochinche, decía un político, así es nuestro país en todos los ámbitos pues impera el desorden y la anarquía, sé que tú quieres que sea lo contrario y yo también, permíteme por tanto regalarte un escrito mío en haras de almentar tu sapiencia de la vida, as´lo creo yo. Allí te va:

    Propósito...

    Los objetivos se logran si tienen propósito,
    vale la pena acotar que los primeros son metas
    y el segundo es la "Voluntad o intención
    de hacer una cosa" Si tenemos máxima
    voluntad los objetivos serán logrados
    y si la fe es del tamaño de la semilla
    de mostaza las montañas figuradas
    de problemas se irán lejos, ya no serán
    fronteras ni obstáculos.
    Una vida con propósito es progresiva
    una sin él, es la retrospectiva de lo absurdo.
    Quizá la contundencia de los conceptos
    no supera a la determinación misma;
    tal vez el ocaso del tener le gana
    la partida al conocimiento mismo.
    Tal como parece la pérdida es total
    pero luego con los escombros
    se renuevan los castillos que soñamos.
    Quizá estas cavilaciones suenan a
    utopia y cielos intocables
    pero nos hacen sentir que falta
    mucho por lograr mientras respiramos
    y podemos ver el mundo.

    Autor: Sergio Barrios
    13/03/2013
    Saludos.

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    1. Gran nota, Sergio. Inspiradora por demás. Resalto, sobre todo, el principio: "Los objetivos se logran si tienen próposito". Es verdad, hay que tener la voluntad, valor y perseverancia suficiente para asumir los riesgos o los desafíos inherentes a completar una meta bien trazada, No hay agua que se mantenga siempre dócil, y es en la marea fuerte cuando se pone a prueba el material del que estás hecho.

      Un saludo, amigo.

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  3. Son sentimientos encontrados los que llegan a este instante en mi cabeza. Por una parte, la idea de lo que pudo ser y no fue y la rabia/frustración que eso conlleva como venezolano practicante y amante del fútbol (una rara avis en los 80 cuando jugaba en las divisiones menores de Sucre, una de las ligas caraqueñas junto con Lides y otras organizaciones futboleras célebres por aquella época), consciente de lo cerca que estuvimos y cómo lo perdimos por estupideces, por detalles, o por suerte. Y por otra parte, el otro sentimiento de una inconmensurable gratitud a todos, al cuerpo técnico, al Profe, a los muchachos por los momentos vividos. Porque pensé que no viviría para contar que le ganamos a Argentina (no sólo lo ví sino que estuve allí, en el Gral. J.A. Anzoátegui aquel inolvidable 11 de octubre de 2011); porque pensé que jamás podríamos ganarle a Paraguay en La Asunción; porque nunca habría pensado fuese posible ganar y empatar -4 puntos de 6 posibles- a la Colombia de Guarin, de Falcao, de James, de Pekerman, un equipo que dará grandes alegrías en Brasil 2014. Sentimientos y pensamientos confusos -tan confusos como lo es Venezuela misma desde hace bastante tiempo ya- que se agolpan cual mosquitos en una lámpara violeta. Pero es tiempo de concluir, de cerrar ciclos y de renovar las esperanzas para una próxima oportunidad. Y espero que este blog siga para poder seguir opinando, y cómo no, soñando.
    Gracias, Lizandro, por este fantástico espacio lleno de sabiduría, y excelentemente moderado por un paciente escritor como el de marras.
    Seguimos en sintonía.

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    1. Claudio; comprendo como te sientes. Mas no pienses mucho en lo que pudo haber sido y no fue.. Te volveras loco :-) ... Estoy contigo en la fustracion por lo cerca que se puede decir que estuvieron y ahora dependen de milagros... Ojala que si se dice adios lo hagan con una quasi-alegria (ganarle a paraguay)
      saludos;
      luis

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  4. Seguimos en sintonía, Claudio. Gracias a ti por sumar constantemente al blog. Un abrazo.

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  5. A horas de comenzar; y sin depender de ellos mismos.. esperemos que si se tiene que decir adios; se haga de la mejor manera y esa es ganando para mostrar a muchas personas que nunca se rindieron.
    Terminen en lo alto...
    Luis

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