miércoles, 20 de noviembre de 2013

Fútbol de pura filantropía

Nuestro fútbol se sostiene con pura filantropía, o, sí se quiere, amor al deporte o al propio ego el cual busca conquistar estirpes desconocidas para sus éxitos. Da igual, el hecho es que los inversores rara vez verán recompensadas sus cuentas bancarías luego de sus opulentos desembolsos, y, cabe destacar, mantener una divisa en Primera División es algo al alcance de muy pocos.

Cuando llegan los balances mensuales casi todo los equipos ofrecerán números en rojo, sólo el Caracas, quizá, llegue a quedar en cero, tablas, en perfecto equilibrio entre egresos e ingresos; esto debido a una gran gestión económica de parte de sus directivos, Philip Valentiner a la cabeza.

En el Caracas la palabra deuda es desconocida; por otro lado, en cuanto a materiales, acostumbran ser “un paraíso”, como lo definió el delantero Heatkliff Castillo, actualmente en Llaneros, mientras señalaba que en más de la mitad de los equipos de Primera División los materiales de trabajo se ausentan a mediados de la temporada; amen de tener algunos antes del inicio de la misma.

Lo paradójico es que justamente a Philip Valentiner la barra del Caracas le ha reclamado, en alguna ocasión, no realizar una inversión más cuantiosa en pro a hacerse con una Copa internacional. El Caracas no se endeudará y mantener a ciertos jugadores, endulzados con opulentos ofrecimientos de otros equipos, es complicado.

Es injusto, indudablemente, tildar a un jugador de “mercenario” por irse hacia las mejores ofertas económicas. ¿No hace eso cualquier trabajador? De este modo, tanto al Caracas como a cualquier equipo le costaría mantener, más de dos años, en sus plantillas dieciocho estrellas cuyos salarios ronden los 100 mil bolívares fuertes mensuales. Quizá esa sea la razón por la cual nuestra Liga se caracteriza por el desmantelamiento de los antiguos ricos y el fortalecimiento de los nuevos, mientras jugadores desfilan, cada período de traspasos, por los mejores postores.

¿Cuál es el sentido, entonces, de invertir tanto dinero? En algunos casos juega mucho el tema político: asirse del fútbol es un gancho para conseguir votos. Otras, la vanidad de querer construir en Venezuela un Barcelona o Madrid. Lo lamentable es que estos inversores rara vez entienden la dinámica del balón.

Se despilfarra dinero armando equipos que sarán la gloria del hoy y el hambre del mañana. Se aseguran de tener nóminas cuyas mensualidades representen entre uno y dos millones de bolívares fuertes, sin contar viáticos, viajes, gastos de materiales (Cuando se compran), etcétera; ni hablar de esas pretemporadas al extranjero las cuales suponen un amplio desembolso.

No me malinterpreten, el dinero debe estar en las canchas; eso sí, con cordura. En un artículo publicado en Meridiano por Víctor Gómez, hace más de un mes, se desnudaba que de los 18 equipos de Primera División 9 tenían deudas con jugadores y cuerpo técnico. Entre tanto desembolso y deudas, ¿cuántos equipos se plantean la construcción de infraestructura propia, para así en un futuro ahorrarse los gastos concernientes al alquiler de diversos espacios?, ¿cuántos invierten en las categorías menores, entiéndase materiales y personal de trabajo, en vez de contratar a jugadores extranjeros con desorbitantes salarios?, ¿cuántos inversores piensan en que le dejaran la institución cuando les toque dejar de apoyar económicamente al equipo?

La gloria presente de equipos como Mineros, Táchira o Carabobo, bien puede significar su futura desaparición. Consultar al Marítimo y al Unión Atlético Maracaibo. Quizá no su desaparición, pero si su endeudamiento: Estudiantes, Lara y Anzoátegui son muestras recientes.


Se debe aprender a invertir. Jugadores como Alejandro Guerra, Edgar Jiménez, Cristian Cásseres, Franklin Lucena o Evelio Hernández, siempre conseguirán un buen postor bajo el cual refugiarse, jugar, disfrutar y pelear títulos; pero ¿qué pasa con nuestro fútbol? Pocos creen en la inversión concienzuda y paciente, y es allí donde está la calve. El futuro de una institución y del fútbol venezolano debería importar más que levantar un Torneo Apertura en un oasis de carencias.

2 comentarios:

  1. Muy cierto tu analisis; mejor dicho no puede ser. Siempre he comentado; que los dirigentes y la dirigencia del futbol le debe gustar el dinero y el futbol. Al gustarle las dos cosas; siempre se mantendran a; border de no perjudicar alguno de los dos ("gloria del hoy y el hambre del mañana" o alguna loquera futbolistica que no genera dinero) ...
    Gracias por el articulo....
    Luis

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    1. Los dirigentes de nuestro fútbol tienen que entender como funciona este mundo, y trabajar en pro a un mejor futuro. Saludos, Luis.

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