Una tragicomedia se ahoga en su
propio llanto de risa; así, medio en broma medio en serio, tras el anuncio de
la no continuidad de Pep, en una popular web venezolana de comedia, se mofaban afirmando
que Rafael Esquivel, “inspirado por la decisión de Guardiola” decidía seguir en
su cargo unos 30 años más (Calmen, es solo una... ¿broma?).
Risas
aparte, lo contracultural de la decisión del aún D.t culé, llama la atención a
la semilla de reflexión en varios ámbitos; y si bien ya lo mencioné en otra
nota (“La última lección de Pep”) se torna llamativo (Para bien), el hecho de
que un líder, aún en pleno apogeo, con un entorno propicio para continuar y a
priori, los recursos, decida dejar su cargo.
Es
algo casi extraterrestre, todavía más para nosotros los latinos, acostumbrados
a dirigentes que extienden sus mandatos a
lo largo de diversos periodos de la historia (Creo que alguno inició en la
prehistoria), y es que sin ánimo de poner en balanza el mandato del actual
presidente de la FVF (Demasiado para evaluar en 25 años (?)) dicen que “el
tiempo no pasa en vano”
Un
Mundial de fútbol se celebra cada 4 años, al igual que las Olimpiadas, la Eurocopa
y la Copa América, de hecho cave traer a colación una frase de Josep: “4 años
en este club es una eternidad”, sumando a esto que en el fútbol el promedio de
duración de un contrato es: 4años.
Será
por algo que dicho tiempo resulta el estipulado para el mandato de cualquier gran-líder dentro de un ente (Al margen de sus dividendos), luego,
suele ser óptimo el cambio, que en mayor o menor medida, de continuar el líder,
debe ahondar en profundidad en los liderados.
No
sé cuantas veces se habrán rotado los cargos internos en la FVF, lo ignoro; y
me parece que ya es momento de un giro de personal en el timón o viendo a Pep
negarse a renovar tras una buena cosecha, como ya expliqué en alguna nota
anterior, sería lindo ver a un dirigente poner la renuncia por mala gestión.
El
hambre o sed de poder en un ardor muy fuerte que a veces malogra de adentro
hacia afuera, así que al margen de cualquier tipo de gestión o doctrina,
siempre haría bien recordar que importa la filosofía, no el hombre (Asume Tito
en el Barcelona y el PepTeam seguirá evolucionando), cosa que deberían entender
en nuestra frontera, dando paso, al menos, a otro con ideología similar. Los
cambios estimulan.
Para leer: La última lección de Pep.
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