jueves, 6 de junio de 2013

Sin paz en La Paz


De haber tenido que escribir esta previa a principios de la semana, el titulo, seguramente, hubiese sido la antítesis al escogido: “Con Paz en La Paz”, celebrando el hecho de que por fin la selección preparada un partido eliminatorio sin generar tanto ruido en los medios. En Bolivia, “El Diablo” Etcheverry habrá pensado lo mismo, por lo cual resolvió hablar con una imprudencia impropia de cualquier entrenador, asistente o miembro de un cuerpo técnico. Farías respondió a medias en Twitter, la cuestión salpicó a Azkargorta quien, en respuesta a un tweet del técnico venezolano, aclaró: “No mando a nadie al frente en mi lugar. Algunos deberían bajarse del pedestal al que no han subido todavía. Mis ayudantes se expresan libres”. Da igual, entre tanto vaivén de palabras, Marcelo Martins Moreno incluido (“Sabemos que vamos a enfrentar a una selección que viene creciendo, pero que no es mejor que Bolivia”), conviene recordar que los partidos se juegan y se preparan en las canchas, no en salones de prensa o vía Twitter.

Y es que pedir Paz en La Paz se antoja una utopía, pues son de sobra conocidos los efectos fisiológicos de la altura boliviana, los cuales le juegan muy en contra a todos los visitantes y muy a favor a los locales. Por esto, la preparación para el partido era una cosa mucho más engorrosa que los trabajos futbolísticos, la cosa era dominar la altura; objetivo, según Tomás Rincón, cumplido: “Nosotros jugamos contra Bolivia y no contra la altura. Ya a la altura la derrotamos y ahora vamos por Bolivia”. Como atenuante, la última visita al feudo boliviano previo al cual se realizó un excelente trabajo físico.

Pero tras aquel cotejo y pese a la victoria 0-1, reinó la sensación de haber jugado mucho con el azar: Bolivia llegó al arco venezolano innumerables veces; Venezuela defendió muy cerca de su área, y por momentos se limitó a correr en desorden tras el balón; prácticamente una sola llegada al arco local dejó como resultado un gol inesperado. El partido se ganó, mas el desarrollo del mismo invitaba a un marcador diferente.

Amparándose, otra vez, en una buena preparación física, ojalá la futbolista, para la ocasión, también sea la adecuada. Es difícil o ilusorio pedir algo muy diferente al ideario habitual de Farías. Bloque corto defensivo, iniciando la presión en zona2 (Mitad de cancha), debería ser el camino, amén de esos momentos en los que, como de costumbre, tocará defender más cerca del arco.

Evitar los disparos lejanos es otra cuestión a tener en cuenta; en ese sentido, los achiques deben de ser tan constantes como precisos; igualmente, mantener las líneas juntas y reducir los espacios de conducción rival resultará especialmente útil.

En lo concerniente a la ofensiva, presupongo se usará la tónica habitual para este tipo de partidos: velocidad al espacio y trazos largos a las espaldas de los defensores; igualmente, si es Renny Vega el arquero titular, su saque largo debería ser una lanza muy filosa en pro a herir a los locales; además, con un hipotético 0-0 en el marcador bajo el apremio del reloj, jugar con la ansiedad boliviana puede ser una estrategia fructífera.

Por otro lado, conviene resaltar una ventaja en relación al último antecedente: el viernes se jugará con una buena parte de la columna vertebral. Esta acción, a priori, se toma como una valoración a los aspectos relacionados al juego propiamente dicho. Tener a los jugadores insignes y no a un bloque preparado sólo para el día viernes, de los cuales difícilmente la mitad vuelva a ser titular en algún otro partido, es asumir una perspectiva más realista de lo que puede ser el desarrollo del cotejo.

Mientras tanto, el recuerdo de Ramón Carrasco ronda en el aire, ¿se acuerdan?, el técnico uruguayo quien mucho habló previó a un partido bautizado como el Centenariazo. Ya lo he argumentado cuando se trata del discurso de Farías o del cuerpo técnico Vinotinto: eso de “no somos Cenicienta” y “Venezuela se respeta”, quizá es, o era, un grito de convencimiento propio; lo mismo pasó con Carrasco queriendo convencerse a sí mismo de cuanto él creía era verdad: Venezuela podía ganarle a Uruguay. Etcheverry, puede que queriendo pavonearse haya desnudado las inseguridades propias, después de todo nadie dijo que Venezuela fuera superior a Bolivia. Repito, sea cual sea el resultado, conviene recordar: los partidos se juegan y se preparan en la cancha.
Para leer: Esta y La Otra


4 comentarios:

  1. Ciertamente la cancha es el escenario de lo posible y lo inimaginable, la cancha es el Juez definitivo de cada juego, allí los protagonistas no usan palabras sino músculos, honor, pensamiento proactivo y reactivo, inteligengia y sabiduria práctica de acuerdo a las necesidades. Cuando alguien se eleva es porque tras ello hay falencias bien sabidas en lo interior. Atacar es una forma de defenderse en cada ámbito de la vida, a muchos ni les importa perder la seriedad con tal de dar en el blanco y catalizar problemas. Es una premisa de nuestra imperfección. Pero sólo en la cancha se sabrá como se bate el cobre.

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  2. Totalmente de acuerdo con tus palabras, Sergio. Quiero rescatar un trozo de tu comentario: "Atacar es una forma de defenderse en cada ámbito de la vida". De acuerdo.

    Saludos.

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  3. Excelente articulo, y totalmente de acuerdo, quedo desnudo el miedo y la inseguridad actual del Futbol Boliviano... Nadie a dicho en ningún momento que nosotros somos mejores que nadie... Solo nos hemos dedicado a trabajar con esfuerzo, serieda, y humilda... y demostrando siempre en la cancha, no con la Boca, como se dedican muchos equipos de las Eliminatorias Sudamericanas en la previa de un Partido contra Venezuela... VAMOS VINOTINTO QUE SI SE PUEDE... El País esta con ustedes...

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    1. En las conferencias de prensa no se ganan partidos; sea cual sea el resultado eso siempre se debe tener en cuenta. Gracias por pasar, leer y comentar, Miguel. Saludos.

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