domingo, 23 de octubre de 2011

El imperio Rojo.


           
Que “Roma no se construyó en un día”, es un dicho que se ha colado en nuestros oídos más de una vez, pero que pareciera no haber florecido en la mente del encorbatado dirigente común del fútbol venezolano. Y no nos sintamos especialmente señalados, ya que en gran parte del mundo, hoy por hoy, se extrañan los frutos de una idea que no encuentra como germinar en la tierra de ciertos directivos.
                
Cuando se sumaron las letras del título de esta nota, quizás llegó a rozar con la  exageración. Igual la frase parte para las sensaciones térmicas variadas según en lugar donde se expresen. Toda comparación debe tener mínimo dos partes, si no las tiene, no es comparación, o resulta ser muy ambigua.
               
Y si entendemos las fronteras de nuestro país, lo más cercano a la Roma alusiva de aquel dicho (Impedir que entre a sus mentes la capitaneada por Totti), reside, como no podía ser de otra forma ante las leyes no escritas de la administración en este país, en la Capital.
                
Ramita por ramita, piedra por piedra, cheque por cheque; de esa forma se fue construyendo el nido del Carcas F.C ubicado en la sima de la Cota 905. Con una idea, un estrategia y unos caminos, que se siguen trazando y manteniendo su originalidad con el paso de las hojas del calendario.
                
En la memoria popular se instala la figura vociferante de la cara detrás de este proyecto, para cuestiones de marketing sentimental aún la misma es vista en los más profundos sueños de los enamorados por esta causa. Bofetada además, para quién alguna vez expreso que el fanático “carece de memoria”, y vamos que yo apoyo este dicho, aun así, el Trapo del Doctor Guillermo Valentiner, sigue teniendo su asiento reservado en cada compromiso de Los Rojos del Ávila en la Capital.
                
Un ejemplo que poco se toma en cuenta cuando subastan los Buhoneros nacionales, la idea de que “El fútbol nacional ha y sigue creciendo”, algún vendedor de esa idea me gustaría que me la explicase a fondo. Inverosimilitud que el único club de primera división con infraestructura propia sea “El Imperio Rojo”.
                
Hasta la incertidumbre se vino a vacacionar en el Estadio Olímpico, invitada por los fantasmas de los intereses económicos, cuando trataban de explicar el radical cambió que experimentaba la institución, en el orden deportivo, tras la marcha de los últimos históricos.
                
José Manuel, Darío, “El Pajaro” y compañía, tuvieron un adiós, a mi parecer, no digno de sus estándares. Pero la filosofía de la cantera, sigue siendo la respuesta a una supuesta crisis mundial, de la cual, el fútbol se cree esquivo, y la que de seguro seguirá, haciendo mella en la billetera de varios “Clubes importantes” a nivel mundial. Es que la brisa del cambio nos envuelve con típica frialdad, anunciando que en ciertos años, las ligas más poderosas serán otras.
                
El huerto más fructífero del país. Y si además las mejores frutas se quedan en casa, ¡bienvenida sea la ensalada del placer!... Ha disfrutarla mientras puedan (Hinchas caraqueños), es que los postores extranjeros, seguro, querrán probar esas cosechas.
                
Cuando los problemas económicos hunden a ciertos clubes, o lo deportivo no prospera, un club, con sus altibajos, aciertos y desaciertos, demuestra ser un verdadero ejemplo, en cada sentido administrativo, para con todos sus hermanos del país. De lo poco rescatable en la dirigencia nacional, sus cimientos nos hacen pensar que el Imperio Rojo, al margen de los éxitos deportivos, seguirá creciendo, o cuando menos, manteniéndose, por el paso de los años. Sinónimo de envidia o desazón, para con algunos que por querer acelerar el éxito, terminan con el peor de los fracasos.
                 Lisbm. Lizandro Samuel.

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