sábado, 3 de diciembre de 2011

Deficiencia en corto

En el pasado quedo el atuendo clásico de negro, un chirrido que detiene al juego, esa voz que sentencia, y un andar con presencia, efusión en sus palabras, a veces demasiada; entrenan el físico y la psique… Un goteo al piso, es rojo y diáfano, sus oídos sangran injurias, su boca escupe reglas, y una por qué en el suelo… ¿Por qué decidir ser árbitro?
                
Esa duda vive en mi consiente desde hace tiempo, y ni la inflación en el alquiler de mi mente le ha dado respuesta para irse, la gracia del asunto me cuenta comprender, si eres arbitro en la polémica vas a amanecer.
              

En otros lugares, lejanos, con equipos de diversos colores, en donde la prensa diaria publica análisis y opina, allí donde el medio rosa se une con el deporte, los billetes resbalan de los bolsillos de las “estrellas”, y sus voces encarnan un abanico de sentires mundiales. En esas ligas aparentemente de mayor nivel, el arbitraje, también deja sabores agrios pero más sofisticados; los juzgan por uno o dos decretos, que según,  condicionan un partido, luego y al igual que con los jugadores, los códigos de dialecto humano quedan allanados por una supuesta “pasión”. Disímil es que en la primera división de Venezuela los errores toman de la mano a la incapacidad de algunos jueces  para ejercer su profesión; jornada tras jornada hasta 7 errores groseros de un solo árbitro, terminan transmitiendo los medios especializados del país.
                
La irracionalidad es un diseño tatuado en el corazón de los hinchas más acérrimos, aun así, y al margen querer justificar la derrota en causas ajenas, es obvia la incidencia arbitral; eso sí, que quede en blasfemias algún asunto de favoritismo particular, al final todos han salido perjudicados, aunque se presume que el equivalente a multas tan cuerdas como la administración en nuestro país, son sinónimos de ojos dispersos en la FVF para con algunas plazas.
                
Y mientras el cuerpo herido de los incapaces jueces, está colgando en la cruz de la prensa nacional, se olvidan las pocas fuentes de formación de las que disponen, la obligación de ejercer otro trabajo al margen de su pasión para con el silbato, debido a las pocas monedas que como en burla del destino por escoger esa profesión, reciben. Viajes más pesados que el de cualquier jugador, las comodidades en los mismos son esquivas, y hasta cuanta algún honrado de la profesión, que los gastos o medios de viaje, han llegado a salir del hueco de su bolsillo o de la creatividad de su intelecto.
                
Hace poco, quería la ayuda de mi hermana para con un asunto que estoy seguro ella podía resolver, aunque el mismo destacara por ser tedioso, las llaves útiles para hallar una solución son base de su repertorio. La buena disposición con la que dio inicio, fue una gota corta de intentos, pues la motivación subconsciente era escaza,  más allá de la calidez del afecto, ella no ganaba nada. Resuelto a contar con una hondura mayor de su ayuda, recurri a la infalible fuerza de mi marrón billetera, logrando un accionar tan profundo, que sus ojos se sentaron hasta en 5libros a la vez, alumbrados todos, por el brillo de un monitor al ruido de las teclas…
                
“Un trabajador feliz es un trabajador eficiente”, una máxima que ya habrán oído los empresarios que me están leyendo, y para los que sientan que deben rendir para luego recibir, recurro al gran Marcelo Bielsa: “No me quieras porque gané, necesito que me quieras para ganar”, salud.
               
La solución vuelve a un génesis administrativo, en el que la preparación y currículo para llegar a primera debe de ser mayor, así como los beneficios de la profesión. La mirada es una bala hiriente en las decisiones de los jueces de primera división, pero los invito a oir los silbatos de Segunda, SegundaB, Tercera, Sub20 y Sub18, categorías hermanas de la discordia arbitral y con obvio destino presente a morir en el oscurantismo de no ser portada de ningún medio.
                
El problema agrava, y mientras la FIFA mantiene una falsa discusión sobre la tecnología en el fútbol, en nuestro latino país, es momento del almenos empezar un debate de cómo preparar y beneficiar más a esta tan incomprendida pero necesaria profesión. Al margen de los gustos, sin reglas, no hay juego.
Lisbm. Lizandro  Samuel.


No hay comentarios:

Publicar un comentario