Ahora suelten a los payasos (Previa Perú-Venezuela)

Hay que distanciar al “juego de fútbol” del “fútbol”, y es que como bien saben, a lo largo de la historia los gobernantes han usado diversos tipos de entretenimientos para distanciar al pueblo de los problemas reales. Así, hemos llegado al punto de herencia de nuestros ancestros, en el que, por ejemplo, te importe más que Cristiano esté triste antes que las miles de personas que mueren de hambre día a día.

             

El fútbol, es un circo social, un teatro de frases, que por sí sólo, se distancia de la sociedad (Aún siendo un reflejo de está), del deporte y rueda su propio camino, es tan así, que antes de que de inicio el “juego de fútbol” (Llámese partido) se juega una previa de dimes y te diré, de patrocinio, de empresarios, de ¿Cómo hacer más dinero?; por eso, guste o disguste, el fútbol, hoy, se juega también desde fuera del campo.

                

Y desde fuera del campo el timonel del barco ha querido hacer llegar un mensaje. Semanas atrás, Cesar Farías alimentó el circo, como para recordarle a la prensa que se acercaba el juego contra Perú y que muy poco se hablaba de ello, como para hacerle saber al hincha, que tanta euforia puede perjudicar al jugador, como para recordarse a sí mismo, su discurso de guerra llevado al fútbol y como para, simplemente, hacer valer su peculiar forma de actuar, esa que tanto da de que hablar.

                

Que si soberbia, que algunos jugadores estaban pasados de ego y una entrevista que pareció más una odiosa declaración de guerra, antes que un mensaje para sus pupilos. Sólo él sabrá el para qué hicer público una tema que podía resolverse en vestuarios, más aún, si era tan grave como sonaba.

                

El circo, esta vez dirigido por Cesar Farías (El mismo que tanto critica a la prensa), continuó y luego de una aburrida convocatoria, se armó una conferencia para dar a conocer al mundo los “juguetes” que nos mantienen en el tope tecnológico, y todo fluye con tranquilidad desde la saliva del D.t, incluso cuando sin cambio de tono, dice (Parafraseo): “no es que a nosotros nos gusta o no un jugador, los escogemos en base a sus acciones”, momento en el que Francisco Flores soltaba una gran carcajada mientras confirmaba su asistencia a la doble fecha eliminatoria y, al mismo tiempo, recibía un pin de Giacomo Di Giorgi.

                

Por momentos, la sala, se impregna de cierto aire a justificación, como queriendo calmar las oleadas de un mar embravecido que el mismo Cesar provocó con discursos de “humildad” luego de la recurrencia de un discurso inherente a su figura, usualmente poco humilde.

                

Y dicen que la vida es una negociante justa, y suele darte el valor exacto de lo que das… Quizás ustedes ya lo han comprobado en su día a día y si no, pregúntenle a la selección que tras un vuelo retrasado que luego no pudo entrar a Perú, cuando por fin logran pisar tierras incas, reciben un odioso trato sólo digno para narcotraficantes…

                

Eso sí, mañana tocará soltar a lo que parecer ser lo más irrelevante en el circo: a los jugadores. Hablar de necesidades es redundar, y de obligaciones, es idiotez. Ambos merecen y buscan sumar, ambos se sienten con la obligación y así es y será en cada partido de la compleja eliminatoria sudamericana.

                

Venezuela, saldrá a lo suyo: negará la pelota, se armará bien, negará la victoria salvo lances esporádicos de valentía y querrá con todas sus fuerzas amarrar un punto. Perú, tiene una piedra enfrente, es muy torpe en espacios cortos, les cuesta resolver y si la dinámica del partido los lleva a poblar el terreno Vinotinto, pueden pasar dos cosas: o un ahogue visitante o una sorpresa local tras hallarse mal parados en el fondo y tras la finalización de un lance de esos que tanto le gustan a Farías.

                

Se jugará, también, entre dos aguas: o se defiende bien o se sufren puntazos locales. Con velocidad y atropello Perú puede encontrar caminos, claro está, esa son quizás las armas más fáciles de contener para el orden venezolano, aunque cabe recordar que a Sergio Marakarian (D.t peruano) no le dicen “Mago” por capricho.

                

Otro punto a tener en cuenta es la alineación. Quizás, desde el inicio de las eliminatorias, nunca había habido tanta duda de puertas para afuera respecto a un “11” y mucho tiene esto que ver con las bajas de Rincón y Amorebieta, ambos y más el primero, han sido la crema hidratante que reanima la piel reseca de la selección en sus peores momentos y la importancia de Tomas, ha llegado a puntos tan preocupantes, en los que conviene aprender a vivir sin él, después de todo, como ya sabrán, nadie es indispensable en la vida.

                

Para cerrar, les recomiendo tomar está previa en conjunto con todas las que han consumido y lanzarlas a la basura. Al final, el juego de fútbol, es tan estudioso y complejo como impredecible, eso lo hace bello. Mientras tanto, un gran y ordenando D.t, de cabello oscuro, voz gruesa, semblante joven y muy bien rodeado, trabaja muy duro en su habitación, piensa y estudia, he inclusive, sigue admirando el trabajo de otros con nombre más grande. Abre una gaveta y se pierde en esa foto suya de hace varios meses, en la que sale abrazando a un tal José Mourinho; aprende de él, no sólo del juego, sino también del fútbol, y parece aprender también, a como jugar los partidos desde fuera del campo; ojala, el árbitro de la vida, no le saque tarjeta roja.

Lisbm. Lizandro Samuel.

Para leer: ¡Sobre mi cadáver!

El verano en una infancia