Lo
normal, la regla, aunque suene triste, ya es que año a año nuestros clubes
compitan entre ellos para ver quien desempeña un peor papel en la Copa
Sudamericana. Este año Mineros no quiso entrar en semejante despropósito, por
lo cual se dedicó a prepararse de la mejor manera posible durante la
pretemporada; en la cual, a diferencia de la realizada por muchos equipos
venezolanos, abundó la pelota y el trabajo en dirección a la optimización del
modelo de juego.
El
calendario, obviamente, es un argumento válido al momento de tratar de justificar
los paupérrimos desempeños: es de sobre sabido que tanto el jugador como el
colectivo llegan a su tope de forma mediante la continua exposición a la alta
competencia; aún así, resulta demasiado reduccionista basar el análisis
únicamente en esto.
Es
verdad que nuestros equipos llegan a competir en inferioridad de partidos
jugados, pero, ¿no es mayor el bache cuando en la pretemporada en vez de
trabajar la idea de juego se montan fortalezas en la montaña o en la playa?,
¿no es deber de los equipos reforzarse de la mejor manera posible antes de
encarar un torneo internacional?, ¿si se es consciente del hándicap el cual
representa el calendario, por qué no planificar la pretemporada con varios
partidos de alto nivel a fin de ir encontrando la mejor forma?
La
historia se repite año tras año, y lo más preocupante es que año tras año se
siguen tomando los mismos caminos. Pude ser desidia o terquedad a trabajar de
otra forma, errores en la planificación o simple apatía hacia la Copa
Sudamericana –a veces, pareciera que la Libertadores es el único torneo
importante–, como sea, conviene recordar a Albert Einstein, quien alguna vez
exclamó: “Si buscas resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo”.
La mala participación de los equipos venezolanos en torneos internacionales se debe a un cúmulo de factores. Digo torneos internacionales porque en la Copa Libertadores no es distinto, más, si en vez de fase de grupos hicieran partidos de ida y vuelta pasaría lo mismo que en la Copa Sudamericana. Si mal no recuerdo creo que ningún equipo venezolano ha pasado de la fase previa a la fase de grupos en la Libertadores.
ResponderEliminarLos factores que influyen en estas desastrosas actuaciones a nivel internacionales son muchas. Además de las que mencionas yo añadiría que a los equipos les cuesta mantener una estructura como la que tenía Caracas durante varias temporadas con Sanvicente. Ahora vemos como equipos que ganan todo o hacen buenas campañas ganando un torneo corto se desmantelan por completo. Sin embargo antes de todo esto ya existen problemas de origen, como la formación de los jugadores, el estado de los terrenos de juego, en fin, Venezuela quizás ha crecido como selección pero el fútbol venezolano no.
Coincido plenamente contigo. Respecto a lo de que a los equipo les cuesta mantener una estructura; es algo que ha pasado siempre, y se debe, en gran medida, a que son planteles que se arman para un año máximo: invierten demasiado dinero en jugadores de mucho nombre a quienes les pagan cantidades desorbitantes de dinero y, luego de un año, el club acaba endeudándose. El tema de la gestión es algo delicado en nuestro fútbol.
EliminarGracias por pasar, leer y sumar al blog con tu opinión.
Saludos.