Euforia
desmedida. Cantos de esperanza. Sensaciones de gloria. Banderas color Vinotinto.
27 de enero. 8 de febrero. 25 y 28 de septiembre. ¡Qué glorioso fue el año
2009!
Se
preveía, sí. Aunque existía pesimismo, es verdad. Inclusive los ojos de
millones de venezolanos se humedecieron amenazantes de estallar en un ruidoso y
profundo llanto, cuando ese 27 de enero, en el minuto 90 pitan un penal a favor
de la selección de Colombia. Grande Romo, gritos de júbilo, cuando el alargado
golero venezolano redireccionó con sus guantes el arisco disparo, como si de un
Dios se tratara, elevó el mundo con sus manos, y le dijo al continente que Venezuela
seguía viva.
Sin
duda esa selección hará vida eterna en la memoria de todos los venezolanos que
gritamos, sufrimos, lloramos y celebramos, mientras nos agarrábamos con fuerza
el colorido escudo Vinotinto suavemente bordado en nuestra casaca nacional.
Algo andaba mal. No se debió clasificar con
tanto sufrimiento. Lo demás es un relato de historia, esa que seguramente todos
los que están leyendo estas líneas, vieron y oyeron en vivo, desde el estadio
(Afortunados) o frente a un televisor, quizás también, se limitaron a llenar de
ansiedad sus oídos ante las voces de una radio. 8 de febrero, 3-1 frente a “La
Celeste”. Estábamos en el Mundial.
Un
tal Orozco era el más joven de esa plantilla que hacia su debut mundialista en
tierras de antiguos faraones. Como de costumbre en todos los eventos
internacionales las banderas tricolores abundaban en el estadio, esta vez, para
nuestra alegría, de manera justificada. 25 de septiembre, sonaba el “Gloria al
Bravo Pueblo” por primera vez en un Mundial FIFA. Que motivadoras fueron
aquellas notas, mientras divisábamos a unos jóvenes sub20 abrazados, al unísono
que nuestros corazones latían con fuerza, mientras nos estrujábamos la suave franela
y seguramente exclamábamos para nuestros adentros “¡Por fin Carajo!”
28
de septiembre. Notando la fecha no fue casualidad. Es que fueron 8 goles los
que celebraron, gritaron y cantaron, nuestros representantes sub20. No solo
estábamos en el mundial, sino que además pisábamos con fuerza. Todo parecía un
Edén.
Hoy,
tras dos años, esa esperanzadora selección, se ha convertido en leyenda y no en
el presente que pronosticaban.
Solamente
Salomón, brilla es España. Ojo, ya jugaba en el país Ibérico antes de ese
mundial. Mención aparte para Yohandry, fue para crecer, así lo hizo, y parecer
tener esponjosas nubes, reluciente sol y relajante brisa, sobre su cabeza. No
tiene techo.
El
de cabello largo, recurrente boca abierta para respirar, buen pie, excelente
cabeceador, pintaba para consolidarse en Europa, un contrato por 5años con el
Villareal, respaldaban los buenos augurios. Hoy José Manuel Velázquez se
encuentra a préstamo con Mineros, tratando de retomar su nivel de juego; decisión
similar tomaron Luis Ángelo Peña, Rafa Romo (Ya regresó a Europa), Pablo
Camacho y Acosta.
¿Por
qué? ¿Por qué esas voces seguras terminan siendo falsas alarma? ¿Por qué esas visiones futuristas acabaron
nubladas por la cruel realidad? Explíquenme ¿Cómo es que la sensación de
seguridad, terminó aplastada por el rocoso presente?
He
escuchado y repetido, eso de que el futbolista venezolano tarda en madurar.
Para ejemplo, ese escurridizo de gambeta eléctrica, que suele hacer levantar de
sus asientos a los espectadores, casi de la misma forma que provoca maliciosos
ruidos descendientes de las tribunas, algunos creados en el campo, por el uso
excesivo de su principal don (Bien lo ha sabido transformar en su propia
maldición): El regate… Es
injustificable, que tras 2 años, Jonathan del Valle, sigua cometiendo los
mismos errores sobre el rectángulo de juego. Desorden táctico, poca visión y
colectividad, uso en exceso de la jugada individual.
La
nacionalidad venezolana, sigue siendo poco atractiva en el extranjero, mirada
soslaya, suena de menor peso, se cotiza por debajo de su calidad en el mercado.
Comprobado, cuando el “Minino” Flores fue a “probar” con Independiente de
Avellaneda.
Y
suenan aplausos, algunas quejas acompañan, vehemente debate nacional, con
inclinación a los pro-regla juvenil. Obvio, ha ayudado a dar paso a nuevas
camadas de jugadores. Estelas de duda, visión distorsionada del objetivo,
cuando hacen debutar a frutas verdes.
Carlos Fernández augurante promesa del
DANZ, tras dejar de ser jugador de la regla, vio cada vez menos minutos. Hoy
juega en el Petare, esperando el toque de un sabio maestro, Manuel Plasencia, para
reimpulsar su carrera.
Finales
similares. Tras la exitosa Copa América se esperaba una fuerte migración de
Vinotintos a equipos importantes. Fue más ruido que realidad, pocos se movieron
¿Quién
sabe? Esto no pinta cambiar de forma inmediata. La única manera de acelerar el
proceso artesanal de crecimiento de un futbolista, es mejorando el trabajo de
categorías inferiores en todos los clubes del país. Dando paso, también, a
nuevos conceptos de preparación y entrenamiento, aprendiendo de las
metodologías más efectivas y destacadas a nivel mundial, evolución.
Y
me viene a la mente, centellante idea, voz del pasado, golpe de realidad, como
ese sueño en el que te ves cayendo de un edificio hacia el vacío. Me viene ese
recuerdo, aquella selección sub20 no tuvo un funcionamiento superlativo, pudo perderse
en el camino. El colectivismo mejoró para el mundial y aun así se pecó de
inocencia e inmadurez, ante una selección que con evidente respeto, no demostró
más aptitud, ni antes, ni durante, ni después de ese 7 de octubre, cuando la
Vinotinto caía eliminada frente a los Emiratos Árabes Unidos.
El
sensacionalismo nos invade a muchos de vez en cuando, sobre todo después de las
gestas memorables. Sucumbimos luego ante la realidad de un fútbol carente de
solidas estructuras, donde nuestra nacionalidad aún se cotiza muy por debajo
que la de argentinos, brasileños y uruguayos. ¿Dónde está esa esperanzadora
generación sub20? De esos equipos juveniles siempre acaban destacando 5 o 6, el
tema es que la mayoría probó, trató y falló. Claro, ahora se están relanzando,
recordemos que nuestros jugadores “tardan en madurar”. Los euro-venezolano son
convocados, las eliminatorias y el mundial de Brasil 2014 iban a ser los de
nuestra abanderada sub20. Cantos de sirenas, falsos tentadores, al final puede
que este venidero periodo mundialista no gradué en la selección a los Sema
Velásquez, Carlos Salazar, Rafa Acosta, Peña, Fernández y Del Valle, sino a los
Tuñez, Felscsher, Julio Álvarez y Mario Rondón. Mientras la figura de Amorebieta
se regocija y sonríe. Puede venir cuando le convenga, total, las barajitas de
relevo no están listas y su cromo parece prolijamente más elaborado, fue
impreso en oficinas europeas.
Lisbm. Lizandro
Samuel.
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