Un solo color (Previa Venezuela-Ecuador)

El pasado 7 de octubre nos puso en el ojo mundial mediante largas filas con destino a  mojar el dedo en tinta morada. Nuestra política se regodea de ser motivo de debate en diversos medios internacionales, sobre todo latinoamericanos, y de cierto modo, nuestra selección, de vez en cuando, pide permiso para ocupar la página de algún diario extranjero.

             

El pasado 8 de octubre, pese a ser lunes, pareció domingo, muy pocas personas salieron a la calle y para los que viven en medio de dos vecinos, pudieron oír, por un lado, el desconsuelo de lagrimas que les rozaban los pies, mientras que por el otro, retumbó el son de música llanera y demás cantos con aroma a cierto partido político.

                

Las pasadas elecciones, dejaron unos resultados que demuestran la división ideológica que reina en Venezuela, es por eso, que tras tanto pan y circo, un país que independientemente de, se identifica en los albores primitivos del patriotismo, busca y ansia con alegría la llegada del próximo martes 16 de octubre del 2012, pues a las 5:30pm se tejará una unión, al menos momentánea, entre todos los venezolanos, y es que dicha magia sólo puede ser posible gracias al abogado de nuestros sueños e identidad, ese que acostumbra usar franela Vinotinto.

                

La baja de Rincón parece tener menor peso que de antaño. Un  jugador de sus maneras y que se mueve como león en la sabana dentro de los esquemas de Cesar Farías, sigue siendo el pulmón del equipo, por lo cual, su ausencia, merma el respirar; sin embargo, el tiempo parece que nos hace evolucionar al acostumbrarnos o a aprender a jugar si él.

                

El tema de la zaga central, se antoja más debatible para los medios que otra cosa, ya que Grendy Perozo tiene tanto crédito como talento, para pararse con soltura al lado de Amorebieta, mientras que si algo merece especial cuidado, es el uso de las bandas.

                

Durante todo el ciclo eliminatorio se han mostrado serias deficiencias en el cuidado de la “zona débil”, por lo cual los rivales encuentran amplitud con relativa sencillez. Igual, cuando se ha propuesto atacar, es común que Farías pida a uno de sus volantes recostarse por el medio, para inclinar el campo, lo cual trae consecuencias perjudiciales en la transición ataque-defensa.

                

Ecuador por su parte se regodea de un potente (fuerza más velocidad) ataque por las bandas. En zona 3 y 4, pegados a la línea de cal, hacen gala de brutales cambios de ritmo, que dejan tras de sí indefensos soldados rivales. Como si de una guerra Espartana se tratase, avanzan con agresividad y decisión, y, además, con mucho talento.

                

En ese sentido, un suspiro de alivio sale de la boca del hincha local, pues las bajas de Caicedo e Ibarra, le restan recursos a una selección que de visitante, durante esta eliminatoria, nunca se ha sentido cómoda; pero eso sí, la pesadilla del partido de ida, aquel moreno que se dedicó a zigzaguear conos vinotintos en el 2-0 de la primera fecha, ha retornado tras suspensión, por lo cual, sólo ver las letras oscuras que escriben: “Valencia” en su espalda, es motivo para cuidarse, sobre todo teniendo en cuanta la ausencia de un lateral zurdo.

                

Pero no todo son fortalezas para los visitantes, pues parecen escasos los trabajos de salida limpia mediante unos defensas útiles para defender (sin balón) y poco más… Esto, resulta en ventaja para el acostumbrado pressing de los equipo de Farías: un bloque corto en zona alta, regalando la zona 4 para que el rival salga jugando y luego allí ir a presionar, puede ser una estrategia que desemboque en muchos frutos. Por el contrario, esperarlos en zona 2 puede ser un acto suicida ante las embestidas de sus guerreros de bandas.

                 

Más allá del partido y de la insistencia de la debilidad de toda previa, y queriendo dejar de lado la importancia del resultado, me hace sonreír la elaboración de tal fiesta, pues hacía días que quería ver de nuevo una Venezuela unida. Tanta saliva cae el piso discutiendo idioteces, mientras un balón nos ofrece los caminos a la convivencia sana y cordial.

Lisbm. Lizandro Samuel.

Para leer: ¿Dónde estoy?