El
fútbol venezolano, al menos durante el venidero torneo apertura, tendrá vientos
parsimoniosos, pues hace poco Rafael “El Huracán” Castellin anunció su
desvinculación del Lara y su paro de aquí a diciembre: “Trataré de trabajar por mi cuenta para
mantenerme, en el gimnasio, y si me puedo incorporar a algún equipo, como a
Monagas en Segunda, por lo menos en estos días, lo haré”, declaró.
En
contra de las modas extravagantes que asumen algunos jugadores, siempre le
gustó llevar su cabello corto; por otro lado, su tono de voz, físico y tumbao al caminar, le dan a primera
vista el aspecto de ser cualquier cosa menos futbolista profesional.
Pero
reza un refrán: “No juzgues a un libro por su portada”, pues no sólo es
futbolista profesional, sino que además es de los mejores delanteros nacidos de
nuestro fútbol. Debutó en primera el 15 de noviembre de 1992, con 17 años,
vistiendo los colores del Monagas Sport Club; desde entonces, se ha dedicado a
desatar sonrisas y euforia en los hinchas de los clubes por los cuales ha
pasado.
Su
periodo más destacado seguramente habrá sido entre el 2006 y el 2010, cuando
defendía la zamarra del Caracas F.c, bajo la tutela de uno de sus técnico
favoritos, el Chita San Vicente, y en donde compartió vestuario con otras
leyendas activas del fútbol venezolano.
Su
barriga es un desafío para quienes priorizan la preparación física por encima
de la técnica y táctica. Su correcto manejo de balón y capacidad para
comprender el juego, en conjunto con su talento para marcar goles, han sido sus
armas de supervivencia dentro de un juego donde el cerebro vale más que los
pulmones.
El
Huracán se encuentra próximo a retirarse, tiene 37 años y estará la mitad de la
temporada sin jugar; de hecho, ya prioriza sus negocios post-fútbol, pero se niega a cerrar una carrera llena de éxitos en
el oscurantismo de decir adiós mediante una nota de prensa, y tiene razón,
luego de haber dado tanto a este fútbol merece despedirse en su habitad natural:
la cancha.
Goleador
histórico del Caracas F.c, seis estrellas más una Copa Venezuela están entre
sus títulos; pese a esto, sus mayores triunfos no son los cuantitativos, sino
los cualitativos; y es que será imposible contabilizar cuantas alegrías ha
desatado sobre el césped. Ojalá el fútbol permita traer de regreso, al menos
por un ratico más, al único Huracán que no causa desastres, por lo menos para
sus aliados, que ya sus rivales lo seguirán sufriendo.
Para leer: Las tres damas
No hay comentarios:
Publicar un comentario