lunes, 16 de mayo de 2011

Un aplauso al campeón.


            Sí, uno solo, unísono y fuerte, que roce la perfección auditiva, que retumbe y se escuche en todo el territorio nacional, algo poético y estético, algo, que defina al maravilloso Zamora F.c, merecido campeón del torneo clausura 2011. Ejecutor de un matiz de fútbol muy alto, y poco acostumbrado a verse en nuestros torneos. Balón a ras de piso, continua fluidez, tocarla mucho y térnela poco, con todo el mérito añadido que acarrea el efectuar ese estilo de juego en nuestro deteriorados engramados. Precioso, estético, y contracultural, adjetivos, algunos, que me sirven para definir al conjunto llanero, justo y merecido campeón.
            Resulta, hoy, muy fácil, hablar de las causas y merecimientos, y quitarse el sombrero ante este equipo, mas es indudable, que tan solo los involucrados en el mismo, pueden saber el verdadero sentir y significado del triunfo concretado el domingo… Un torneo apertura de muchos sinsabores; una Copa Venezuela que por ahí se les escapa dramáticamente y que sin ánimos de tocar el tema del arbitraje, queda resaltar el esfuerzo, valentía, coraje, orden táctico, e inteligencia mostrada por Trujillanos. Un torneo apertura en que la palabra “fracaso” fue muy usada por los medios nacionales, en el que el dinero, se les hacia escaso a los jugadores y cuerpo técnico, sí, deudas, ¡malditas deudas! Que siguen azotando a nuestro balompié.
            ¡Bendita Odisea! Epopeya Griega, perdonen, ¡Bendito Zamora! Epopeya Venezolana. Del fracaso al éxito, nunca fueron tan malos, aún no son tan buenos. Problemas extradeportivos anudados a la cuestión, soluciones posteriores, resultados inmediatos. Una ideología marcada, y defendida aún ante las adversidades. Un viaje largo, y es que si bien, como dicen por ahí, el éxito, nunca esta antes que el esfuerzo, ni siquiera en el diccionario, solo el mítico Odiseo, y quizás, el legendario Homero, pudiesen entender las cosas por las que pasaron los Barineses para alzarse con el título.
            Y no nos confundamos por favor, que por muy agradable que resulte a la vista, este fútbol no se trabaja desde lo estético, ni de algo tan banal, o trivial, como el resultadismo; esta idiosincrasia se enmarca primero en asumir, que como futbolistas, la herramienta de trabajo principal, es el balón, por ende, debe trabajarse mucho con él, sobre todo en los entrenamientos, aunque suene obvio, resulta indispensable su uso continuo, segundo, en una idea de juego colectiva, para jugar en función de las necesidades del equipo, es necesario darle fluidez y recorrido a la pelota, para aquellos que piensen que esto adormece el juego, siempre hay que tener en cuenta, que la esférica, se mueve más rápido que cualquier jugador. La gambeta, y explosividad, en el fútbol actual son muy necesarias, saberlas usar y en qué momento, se convierte en un arma letal, tres-cuartos de cancha para adelante, creatividad pura. Y por último, pero no menos importante, siempre cuidar las maneras sin importar el resultado, se sobreentiende, que ante las formas correctas, la mayoría de las veces, los resultados serán positivos. Es con principios como estos, o al menos parecidos (Evidentemente cualquier entrenador que maneje estas ideas, Chuy Vera, mención aparte, las podrá explicar con mayor claridad), como se va logrando un alto matiz de fútbol, desligado de frases incoherentes como “un equipo ganador” o “un equipo que juega para ganar”, vamos, ¿Algún equipo, técnico, entrenador, o jugador, juega para perder? La diferencia está, en los caminos que se escogen para alcanzar ese objetivo.
            Por estas causas, me resulta muy contracultural el Zamora, porque va en contra de la idea común que se plantea (Aún desde la bases) en casi todos los rincones de nuestro balompié. Y es que ignoro, o mejor aún, reconozco, el carácter abstracto de frases como “jugar bien” o “jugar mal”, pero se me hace evidente, el diferenciar matices e ideologías de juego, todos válidos, dependiendo de dónde se vea, para alcanzar los objetivo, que siempre es el mismo, ganar, bien sea un partido, un título, o una serie de ida y vuelta. Es que te lo dicen con simpleza, anota más goles que el contrario, ¿Cómo generar las oportunidades de anotarlos, aprovechar las oportunidades, y evitar que el contrario las genere? He ahí el dilema.
            De este modo, me confieso admirador del fútbol al que juega el Zamora, así como de uno de sus intérpretes más acordes a la sinfonía (Ah, y es que para cada filosofía, existirán unos intérpretes, no es cosa de este es “bueno” o “malo”, es cosa de cual es más útil) el Chiqui Meza, pero de él, hablare otro día.
            Un técnico, y un cuerpo técnico, que supieron trabajar muy bien, unos intérpretes, que supieron leer, y ejecutar de la forma más potencial, todas las partituras, y es que lo único que lamento de ver a los blanqui-negro campeones, es que dudo (Razones hallo en la historia de nuestro fútbol), sobre el futuro presupuesto del equipo, me temo, que no puedan reforzarse, o simplemente mantener el plantel, de cara, a la próxima Copa Libertadores y torneo local.
            ¡Como la Odisea! Homero se hubiese deleitado contando las proezas de este conjunto, que se sobrepuso a problemas extra-deportivos, que remo contracorriente, que paso de pelear el descenso, a pelear el campeonato, a salir campeón; siempre cuidando las maneras… ¡Oh Zamora! ¿Te consagraras frente a Táchira? ¿¡Bordaras una merecida estrella en tu camiseta!? Nadie lo sabe, de lógica poco, a veces, con la redonda, por eso la consecuencia con el estilo, y más si ya te ha dado resultados, es la mejor arma ante la incertidumbre, y la sapiencia de que hay cosas que no se pueden controlar (Recordemos siempre que enfrente hay un rival), pero aun así, y con todo esto, creo que lo más destacable de toda esta epopeya, son las palabras de su gran capitán, aquellas que dijo hace ya varios días “Hemos demostrado, que no hace falta deberle plata a un equipo, para pelear campeonatos”
Lisbm. Lizandro Samuel.

1 comentario:

  1. interezante articulo..y de verdad FELICIDADES AL ZAMORA..Un ejemplo de q con trabajo y esfuerzo podemos conseguir nuestros objetivos..

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