En
esa etapa donde se debe, no se enseña lo que se debería. Hay muchas
limitaciones. A los encargados de ejercer esa función, ocasionalmente, les sobran carencias, y mucho tiene esto que ver con la falta de medios de preparación.
Entonces
el 90% de los jugadores juveniles de este país, quedan a merced de los gritos
de entrenadores con muy pocas distinciones para entender el juego, lo que
resulta atrofiante para su formación.
“Pum”
se escucha fuertemente, “Pum” se ve un objeto esférico intermitente, vuela por las
nubes, cual ovni, cada vez vuela más alto, un pique, y para suerte de los
espectadores logró caer por fin en los pies de un habilidoso. “Dale, dale” le
gritan los compañeros, todos inmóviles, espectadores VIP esperando que haga una
de Messi. Espera alguien en el área, estático ante el roce de los centrales
rivales. Le sale 1; 2 y hasta 4 marcadores al paso, a ese que lleva la pelota.
“Plass”, logran sacársela… Puteadas desde el banco para el que no la pasó.
¿Pero a quién, si todos lo vieron y ninguno acompañó?
Recientemente
conversaba con un D.t de juveniles, de un popular equipo amateur de la
Capital, este argumentaba que la hegemonía del éxito del Barcelona
se fundamenta en el apoyo arbitral y el poco profesionalismo de los rivales...
Otro
“formador”, este de un equipo caraqueño profesional, en vías de crecimiento, se
muestra renuente ante la idea de centrales que prioricen la salida limpia antes
que balón largo y el despeje, enamorado de un fútbol directo, sin pausa ni
tiempos, donde se antepone la obsesión de llegar lo más rápido posible al arco
rival.
Y
sentémonos en los duros y variantes asientos de las pocas canchas Caraqueñas,
para disfrutar de torneos amateur, juveniles, Cesar Del Vecchio, Liga Colegial
o Liga Distrital. Resulta un rara Avis encontrar equipos que enfaticen el juego
por el suelo, o que lleguen a dar más de 5 toques seguidos, con dinamismo y
profundidad.
E inferiores de clubes profesionales, siguen corriendo kilómetros, priorizando además el uso de las pesas, por delante del agradable rozar del balón con
los tacos. Muchas veces no es culpa directa de los entrenadores, resulta
engorroso trabajar con tan poca, limitada y deficiente infraestructura. Sigue
siendo voz de locura que, por ejemplo, el Petare y el Esppor, entrenen en el
insuficiente Fray Luis.
¿Y si se acaricia la portada de libros más modernos? ¿Cuántos equipos en toda
Venezuela juegan con línea de 3 en el fondo, siquiera en sub14, sub16, sub18 o
sub20? ¿Cuántos dibujan un 4-3-3, 3-5-2, 3-2-3-2? ¿Cuántos se alejan de la zona
cómoda del 4-2-2-2, con dos volantes centrales (Uno de marca y otro de salida)
dos extremos o un extremo y un enganche (Uno que juegue por fuera, y otro un
poco más por dentro) y dos delanteros (Uno ágil, con gambeta, que se bote hacia
atrás y otro estático perro de área)? En el fútbol venezolano ya resulta muy sencillo
adivinar los sistemas de juego de los equipos, así como las características de
los intérpretes… En toda la biodiversidad nacional de instituciones profesionales y no
profesionales, suelen regirse por estos prehistóricos paradigmas... Y es cierto, que todo es cuestión de gustos y colores; aunque insisto en mi tonalidad: lo único seguro en la vida es la muerte, pero en este juego, como en todo, el riesgo encuentra su clímax, se convierte en orgasmo, cuando es el camino para inclinar las posibilidades.
Lisbm. Lizandro Samuel.
¡Qué buena nota! Es muy real, el fútbol actual me hace pensar más en esos partidos de chicas que nos hacían jugar en la escuela (en donde ninguna tenía idea de nada (por esas cuestiones culturales que imponen muñecas a las chicas y nada de pelotas en los pies), entonces era una masa compacta de gente corriendo de un arco a otro y una pelota revoleándose hacia cualquier lejanía inhóspita), que en un deporte profesional. Y tiene muchísimo que ver con lo que decís en el post anterior, no hay identidad.
ResponderEliminarEn mi país del sur, en donde el fútbol es el pan nuestro de cada día y no sabemos sobrevivir sin él, no existe organización alguna. Desde la desestima a las inferiores, el desmantelamiento de los equipos, las deficiencias arbitrales, la falta de proyectos a largo plazo, esos intentos de ciertos entrenadores de mantener una estructura de juego que alguna vez funcionó, pero con un equipo que no cumple con las mismas características, sumado a las corrupciones dirigenciales... todo es un descontrol, y cuando llega el domingo y uno sólo quiere quedarse tranqui en casa mirando un buen partido, se nota.
En fin, muchas gracias por pasarte por mi blog y por los comentarios lindos!
¡Saludos!