jueves, 29 de septiembre de 2011

Redefinición.

                
Lo único constante en la vida es el cambio, y por cómo van las cosas hasta esta afirmación está supeditada ante su propia ley, ironías aparte.
                
La evolución, o el cambio, nos han llevado a experimentar diversas variaciones en los paradigmas y concepciones del juego actual. Dicen que el fútbol es otro. No tengo demasiados años, en comparación a los más veteranos, para emitir una profunda voz de experiencia, sin embargo me ha bastado con ver videos antiguos, para comprobar esta realidad.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Le redonda voladora II.


                
En esa etapa donde se debe, no se enseña lo que se debería. Hay muchas limitaciones. A los encargados de ejercer esa función, ocasionalmente, les sobran carencias, y mucho tiene esto que ver con la falta de medios de preparación.

sábado, 17 de septiembre de 2011

La redonda voladora.


                
Vuela vuela pelotica, vuela. Elévate por los cielos, atraviesa las esponjosas nubes, piérdete en el azul de la aurora. Vuela pelotica, que esa es la norma.
                
¿Y por qué? ¿Alguien sabe por qué? Me cuesta entender el paradigma actual. ¿Por qué se dará esa regla ya tan cultural?... ¿Por qué le cuesta tanto a un equipo nacional, hacer rodar la pelota por la verde grama? ¿Por qué se resisten a esa sensación tan agradable de jugar con la esférica, de tocarla, pasarla, “tenerla poco y tocarla mucho”?… ¿Por qué?
                
El torneo pasado nos maravillamos con los blanquinegros, los diarios y las tribunas idolatraban a un nombre sensación: “Chiqui” Meza, el símbolo de un Zamora que deleito a todos los entendidos del fútbol venezolano.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

La tierra de la estupidez.


Pocas veces estuve tan de acuerdo con las palabras de un comentarista o narrador deportivo. No había icono de duda, eran congruentes sus palabras. Absurdas, por el contrario, eran las frases de los responsables que tocó entrevistar.
                
Que sentimiento de vergüenza, vaya bronca interna la que sentí recorrer por mis venas. Profunda tristeza, ahondo un poco mi animosidad al cabo de unos minutos. Nada, nada de esto era del todo ajeno, después de todo, lo que estaba presenciando desde la comodidad de mi cuarto, frente a mi televisor, era algo mío, de todos, de todos los venezolanos; era nuestro fútbol.
               

domingo, 11 de septiembre de 2011

El río vicioso.

La caída de agua es un ruido mayormente relajante. Mientras más cerca estés de la cascada más fuerte y profundo es el sonido, más fría es el agua, con mayor potencia cae la misma. Viaja el río por un sinfín de obstáculos, con agua clara de inicio, cristalina y brillante, transparente, limpia y pura. Quizás en el camino se ensucie un poco, o demasiado, ¿Quién sabe? Todo depende por donde pase.

Baja obstáculos, choca con firmes piedras, duras, un poco babosas, algunas adornadas por el verdoso musgo… Y se escucha, se escucha con variaciones de tonalidades, es el agua recorriendo su camino, chocando, acompañando el canto de algún pajarito. Ese es su trayecto, casi siempre relajante; hoy me sirve de eufemismo, para tratar lo estresante.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Nuevos cromos



Fanáticos, coleccionistas, compradores compulsivos; abstenerse. Madres de infantes, no asustarse. Calma. Esto no se trata de una promoción Panini. No tiene nada que ver con el álbum oficial de algún torneo de fútbol. No estamos en época de esas cosas.
Se imprimieron y se pegaron. Los cromos traídos de Europa al parecer encajaron a la perfección en los recuadros del álbum Vinotinto. No es para relegar a las últimas páginas a los ya consolidados, pero los “Euro-Venezolanos”, en lo deportivo, merecen seguir siendo tomados en cuenta.
Los dos zurdos, españoles, altos y corpulentos. Amorebieta y Tuñez, me dejaron con las ganas de volver a verlos en acción. Si bien su funcionamiento no fue del todo prolijo desde el rendimiento colectivo, mostraron aptitudes dignas para volver a vestir la camiseta nacional. Feltscher, el de apellido extraño para la dicción criolla, gusto a los ojos nacionales. Algunos piden que se termine de imprimir y pegar la barajita de su hermano.