De Bielsa hacia el futuro (Chile 3-0 Venezuela)

1. El norte de nuestro continente es conocido por su capacidad para la planificación. Fue allí, en Canadá, alrededor del 2007, en dónde una atractiva selección chilena sub20 empezó a llamar la atención de los analistas mundiales. Aquel mundial significó la gloria para la Argentina del Kun Agüero, Di Maria, Yacob, Zarate y Banega; pero también dejó en resaltador amarillo los nombres de Arturo Vidal y Alexis Sánchez, figuras de la selección chilena eliminada en semis frente a la futura campeona.
2. Tanto Vidal como Sánchez empiezan a encarrilar su madurez cuando caen en la palma de Marcelo Bielsa. El técnico argentino representó en su momento un crecimiento cualitativa y competitivo en la selección austral; pero hay más: en Chile las palabras “proyecto” y “planificación” tienen un significado coherente; de esta forma, teniendo claro a lo que quieren jugar, se han dedicado a contratar a seleccionadores de perfiles similares: Bielsa, Borghi, Sampaoli.
3. Este último es seguramente el técnico quien más ha aprendido, continuado y evolucionado el legado de su mentor, Bielsa. La línea de trabajo en la selección chilena, con sus oscilaciones, es clara, incluso en las selecciones menores: a estas alturas, una selección de ese país sólo puede ser dirigida por técnicos de cierto perfil.
4. La selección de Sampaoli arrancó jugando dos velocidades por encima de la de Farías. Dinámica, amplitud y profundidad, pura cátedra de buen juego. Venezuela, por su parte, renunció en el primer tiempo (Sorpresivamente) a la profundidad por las bandas; en vez de eso, juntaba a sus jugadores en un solo costado, usualmente el izquierdo, lo cual favorecía la transición defensa-ataque de los chilenos, pues al recuperar y enviar un cambio de frente, conseguían vía directa, y sin alcabalas de por medio, hacia la zona1 visitante.
5. La carrera de Valdivia ha estado marcada por la intermitencia. No es el jugador más disciplinado, pero sí, seguramente, es de los más talentosos que al menos a mí me ha tocado ver. Nacido en Venezuela, disfruta de tener sus momentos más gloriosos jugando en contra de su país natal. El primer tiempo del Mago resumió sus cualidades: técnica, visión de juego, dinamismo. Uno, dos, tres toques máximo; nunca se quedaba quieto, y si le daban tiempo para pensar hacia honor a su apodo.
6. Durante todo el primer tiempo Venezuela regala la progresión rival por sus bandas: Rosales y Cichero marcan muy retrasados, Arango y Maestrico viven marcando en el medio junto a Lucena y Seijas. Chile jugó muy bien, es verdad; igualmente, por momentos, se lo pusieron demasiado fácil.
7. ¿Pero cuántos chilenos había en la cancha?, eso de generar superioridad numérica entre líneas se lo toman muy en serio los equipos de Sampaoli; al menos cuando pueden, y frente a Venezuela, sobre todo el primer tiempo, pudieron. Con una dinámica permanente, referenciar a algún chileno era algo imposible. ¿Cómo cuidar los espacios?, ningún jugador local está, todo llegan. Los rompimientos de Valdivia y Vidal le rompen la cabeza a los jugadores visitantes tratando de descifrar el complejo cubo de Rubik que tenían enfrente.
8. El segundo tiempo trae un poco más de cordura por parte de Venezuela: el ineficiente intento de la primera mitad de ejercer una presión alta sobre la salida local, se trasmuta en eficiencia al adelantar la marca de los laterales; de esta forma, un Chile el cual igualmente salió un poco bajo de intensidad, se consigue con numerosos obstáculos al momento de elaborar sus jugadas; incluso, cuando lograban romper las líneas de presión, algunos de sus jugadores se quedaban atascados en futbolistas venezolanos, lo cual mermó la capacidad chilena para colocar jugadores en zonas altas del campo.
9. Hay más: inclusive la transición ataque-defensa denotó gallardía por parte de los visitantes, pues para evitar regalar espacios a su rival, en vez de correr hacia atrás, tras la pérdida, realizaban achiques sobre el poseedor del balón. Las rupturas defensivas también mejoraron al equipo, principalmente las ofrecidas por Vizcarrondo (Buen partido), quien, ante la imposibilidad de referenciar a algún rival, decidió, en un acto de inteligencia, anticipar los pases.
10. Ese espejismo de crecimiento Vinotinto se diluyó rápido; no con el gol inexplicablemente anulado (Todos seguimos buscando en el reglamento alguna justificación a tan grosero error), sino con los cambios, quizá, igual de inexplicables. La salida de Maestrico pudo obedecer a sus bajones en intensidad, suele ser jugador de 70 minutos; pese a eso, por la evolución que estaba experimentando en el partido, sacarlo significó mermar las posibilidades Vinotinto. A priori, la entrada de Yohandry podía haber sumado mucho sin necesidad de restar tanto. Si me permiten el atrevimiento (No me gustan estas cosas) siento que se debió sacar a un volante de primera línea y retrasar un poco más Arango, quien de cualquier forma estaba arrancando demasiado atrás.
11. Tampoco comprendí el cambio de Ágnel. Para soltar a los laterales, perdiendo 2-0, no me parecía necesario dar entrada a un jugador de su perfil. Bien pudieron haber escalado líneas Rosales y Alexander, con Seijas en cancha. Aún en la derrota, a veces, sigue vivo ese peligroso riesgo de no querer arriesgarse.
12. Cayó el tercer gol. Tres pitazos. Listo. Los chilenos se abrazaron sabiéndose muy cerca de Brasil 2014. Algunos aún se sobaban las piernas, recordando como la única manera que, por momentos, encontraron sus rivales para frenarlos fue hacerles alevosas entradas. Les daba igual; total, peor quedaron los venezolanos: sobándose la ilusión y saliendo del estadio con la cabeza agachada, tal como la suele cargar Lucena mientras corre. Franklin Lucena, Paky, quien en un acto de rareza deambuló perdido e impotente por la cancha, de vez en cuando tropezándose con la sombra de Arango y de una Venezuela que en general se pregunta a dónde fueron a parar las novedades anunciadas por Farías.

Lisbm. Lizandro Samuel.

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