En un
fútbol lleno de exitismo, en donde el éxito inmediato parece ser la única
consigna en las campañas de dirigentes, en donde el trabajo a largo plazo y la
palabra “proyecto” son dos conceptos demasiado manoseados; en un fútbol en el
cual las contrataciones rimbombantes, y las posteriores deudas, parecen ser el
único camino para conseguir títulos; e, igualmente, en donde se sigue arguyendo
a la preparación física como única justificación para los picos de rendimiento,
surge un equipo en vías de constituirse como club, al cual le gusta ir en
contra de la precaria rutina de nuestro balompié. Con Noel el Chita San Vicente
a la cabeza, el Zamora, incluso, se da el tupé de poner el balón en el piso, o
de negarse a los desmesurados despejes tan habituales en nuestra liga.
Con un
paso discreto en los medios de comunicación durante la pretemporada, el Zamora,
en el inicio de campaña, sigue mostrando su constante evolución en lo
concerniente al juego. La mejora constante del modelo, así como trabajar bajo
una misma línea futbolística e institucional, han convertido a los de Barinas
en uno de los equipos más sólidos de nuestro fútbol.
A pesar
de esto, la primera plana de los diarios la siguen ocupando las contrataciones
de Carabobo y Táchira; los nombres de Anzoátegui, Lara y Caracas; y el buen
fútbol de Mineros; dejando de lado, por momentos, el nombre de un club que
destaca más por sus labores que por su nombre. Fútbol por encima del marketing.
El
fútbol es imposible de pronosticar, hablar de candidatos y favoritos,
es entrar en un debate tan subjetivo como inútil; pese a esto, conviene tener
presente la buena labor del Zamora, tanto dentro como fuera de la cancha, y la
de su laureado entrenador. Sin rumores de deudas, conscientes de sus
posibilidades, y siempre trabajando lo futbolístico, este Zamora va a paso no
sólo de realizar un buen torneo, sino también de consolidarse como una fuerte
institución de cara a los próximos años.
Para leer: E-pistolario IV: Desnudémosnos
Yo considero que aca hay buenos técnicos, el problema reside más que todo en la directiva de los clubes que presionan para obtener resultados, es a causa de ello que se dan los fenómenos que dices sobre la preparación y carencia de juego, los equipos se vuelven resultadistas, les da miedo perder, juegan a lo seguro, a lo conocido, 4-4-2 es casi el único sistema que juegan los equipos de primera.
ResponderEliminarEn la medida que los equipos se parezcan al Zamora en cuanto a filosofía se refiere, en esa medida realmente crecerá el fútbol nacional, equipos más saneados, jugadores que aprenden concepciones de juego (no solo correr tras una pelota y conseguir resultados como por orden de la suerte), etc.
Hay miedo de algunos, ambiciones personales de otros y mucha torpeza general en la dirigencia del fútbol venezolano; sin duda, tal como dices, es uno de los rubros por mejorar en nuestro fútbol; luego, se podrá empezar, realmente, a crecer.
ResponderEliminarAhora bien, en el apartado futbolístico, coincido contigo: muchos equipo que se enfrascan en lo supuestamente más seguro, y viven en la rutina de su 4-4-2 clásico (4-2-2-2); quizá, conviene recordar a Juanma Lillo, quien dijo: "No arriesgar es lo más arriesgado, así que para evitar riesgos, me arriesgaré".
Gracias por pasar, leer y sumar al blog.
Saludos.