lunes, 30 de mayo de 2011

¡Salud Campeón!


            Y se colgaron la séptima, merecidamente además… Fueron superiores en los 180minutos, ambos partidos se jugaron como ellos quisieron, y es que tras un patético torneo clausura, el Táchira, demostró porque es un grande de nuestro balompié.
            Pinto, erige su figura desde la inteligencia y prolijidad, el estar en la distancia no significo un Everest imposible de escalar, supo planificar muy bien el primer partido, el segundo no solo mejoro, sino que adivino y contrarresto las variantes que implemento su colega, José de Jesús Vera. Sí, fantástico Táchira desde lo táctico, en demasía inteligente, parecía tener calcado mentalmente todos los movimientos que ejecutaría el cuadro blanquinegro, y tan solo en los últimos 15minutos del compromiso, su estrella, dio la sensación de peligrar.
            Evidente le resulto al Zamora, el que no podía cometer los mismos errores de hace 7días; el Chiqui, con el pitazo inicial, mostro la intención de jugar en su posición habitual, totalmente antónima a la que mostro en el partido de ida. Los aurinegros no se preocuparon, más bien se ocuparon, Pedro Fernández se cohibió de alejarse del círculo central hacia posiciones más ofensivas, el “Pelicano” Casanova, barría todo lo que intentaba llegar a zona3 Zamorana, ejerciendo además una función mixta, de mucho ida y vuelta, y he aquí lo más resaltante, esta vez, el bloque local, se encargó de presionar en zona1, ahogando poco a poco a los de Barinas. Daba la sensación de que el planteamiento era más ofensivo, falso, tan solo era más efectivo: en la ida cortaron bien los circuitos, sobre todo en zona3, dejando que Zamora jugara tranquilamente en todo su terreno, ahora, con el adelantamiento y mayor movilidad de Meza, se ocuparon de prohibirle la salida a todo el cuadro blanquinegro, más osados quizás, presionaron en zona1. Fue entonces, cuando a los dirigidos por Vera, la salida se les entorpeció, y muchas veces la esférica, ni siquiera llegaba limpia a la mitad del campo, fue así, como lograron alargar a los locales, aislando a Vélez, Chiqui, y Copete.
            El partido transcurría, “El Cantante” fue amonestado, y con el paso de los minutos se permitía soltarse más para colaborar en la presión; y mientras Zamora seguía teniendo la pelota (Aunque en caracteres porcentuales más ajustados de lo normal), el tránsito de la misma, en algo tan elemental como la salida, se le complicaba con mayor frecuencia, casi al mismo tiempo, que su rival de enfrente con 3, 4, o 5 pases, se veía cerca del marco que defendía Tito Rojas. Con todo esto, aún en el primer tiempo, personalmente no me daba la sensación de que el 0-0 se fuese a mover, eso sí, veía a los locales avanzar con firmeza hacia la 7ª estrella…
            Corría el segundo tiempo, Chiqui Meza hacía gala de unos magníficos pulmones, motivación le sobraba, esta vez, aparecía en todos lados, frustración igualmente habitual, quería, pero no podía del todo, mientras él trataba de hallarle la manija al partido, un bloque, una avalancha aurinegra arropaba poco a poco a su causa… El juego subió un poco en la escala de emoción, daba la sensación de que podía llegar el 0-1 pero algo les faltaba, y nadie de Barinas, sabía que era; se percibía que podía llegar el 1-0, pero el golero aguaba la fiesta, y Zamora se negaba a entregarse, corría mucho, parecía que podían nivelarse las fuerzas, sí, nivelación… ¡pero si era un espejismo, una nivelación ficticia!, la igualdad de fuerzas los dejaba con el 0-0 y este resultado favorecía a los locales… Reitero, siempre se jugó a lo que Táchira quiso.
            Movió el banco el D.t visitante, mientras los locales ahora, paradójicamente, circulaban muy bien la pelota, provocando el “Ole, ole” de la grada, metió línea de cuatro en el fondo, ¿Resolvería esto los constantes problemas de salida? Por momentos así fue, y los aurinegros tuvieron que correr más que nunca; y es que mientras ocasionalmente los frutos de la motivación del Chiqui hacían contener el aliento a parte del estadio, llego, llego la jugada que todo el estado de Barinas esperaba, Copete solo a solo, mano a mano con Sanhouse… no pudo, fallo, y aquí, me parece, el partido concluyo.
            Del 80 al 90, del 90 al 94, mayor emoción que nada, en el aire se percibía la disfuncionalidad del Zamora con el gol, y con la ocasión misma… Minuto 94, libre directo para los visitantes, pataletas de ahogado, jugada de epopeya de concretarse, al final, la número5 se estrelló en la barrera, formalidades luego del principal, y el partido concluyo.
               Pedro Fernández fue determinante en ambos partidos, probablemente el mejor de la serie, a pesar de salir expulsado sobre el final del último encuentro. Por otro lado, el “Barranca” Herrera dio muestra de sus grandes aptitudes para este deporte, mayor muestra aún para jugar el mismo, aguanta, corre, amarra y protege la pelota, clases en vivo y directo, dicto, para todos los jóvenes “9” del país.
                     Jesús Meza no se borró, de hecho, lo intento mucho, es que desde lo táctico y lo colectivo su escuadra se vio muy superada, por más que quiso no pudo darle la vuelta, el que para mí, sigue siendo el mejor jugador de todo el torneo clausura, y ojo, sino de la temporada.
              Pinto y Vera, sencillo, el primero, descifro totalmente al segundo. Le dicen “Zorro viejo” quizás, pero muy inteligente además. Ambos, grandes técnicos, y personalmente me parece que al merideño, le queda un camino largo y de muchos frutos por recorrer.
            En fin, Táchira domino el partido, definiendo esto como hacer que se jugara a lo que ellos querían y por ende a lo que les convenía, indistintamente de si tuvieron o no la esférica, controlaron la mayoría de las facetas del juego, siendo esto tan respetable, como válido y complicado. Versatilidad y maleabilidad la que mostraron en ambos partidos los aurinegros. Justos y merecidos campeones, demostrando porque es uno de los grandes del país. Gran final además, en ambos partidos, estupendos marcos y ambientes los que se vivieron, brindo por el civismo y el espectáculo. ¡En gran momento! ¡Felicidades Táchira, ya tienes la séptima!
Lisbm, Lizandro Samuel.

lunes, 23 de mayo de 2011

El primero de la final


               Un marco espectacular, lleno de pasión, un ambiente muy futbolero, canticos de aliento para el propio y desprecio para el contrario, marco lleno de público, de algarabía, de fiesta, de incertidumbre, de espera, de emoción y ansiedad. Belleza pura, estética sublime, la Carolina de Barinas fue eso y más… Y es que si bien no descubro nada cuando hablo del fútbol más elitesco del mundo, el español, inglés, italiano y alemán, permítanme, dentro de mi subjetividad, preferir el ambiente sudamericano, ese que cuando no cae en primitivos actos violentos, logra convertir su estadio en un infierno para el visitante o un paraíso motivacional para el local, sí, algo tan folklórico y cultural, como impresionante y admirable; un poco de eso, maravilla en estado de gracia, fue lo que se vivió en la ciudad de Barinas.
            El partido, tácticamente dejo mucho para el análisis, aplausos varios merece un Táchira que supo cortarle los circuitos al Zamora, ahogarlo en su terreno, y contragolpear en los momentos justos. De hecho, en ciertos compases del partido, me vino a la mente la imagen de la última final de la Copa del Rey de España, salvando las distancias, contextos diferentes además, me fue sencillo realizar algunos símiles tácticos, sobre todo cuando vislumbre a un Zamora tocando mucho la pelota, demasiado quizás, en su propio terreno de juego, con un Táchira que bien supo cuando jugar y esperar en zona3 y zona2, sí, dominio total de la esférica ejercieron los blanquinegros, más a la hora de llegar a tres cuartos de cancha, salvo intervención individual de Copete, las ideas se acaban, en su mayoría, por mérito del rival.
            Los aurinegros por su parte, mostraron esa casta, que cada vez logra verse más en nuestro fútbol, de equipo grande, “la camiseta pesa” dicen por ahí, y es que con jerarquía, y experiencia, supieron sacar adelante un partido que dominaron desde el pitazo inicial hasta finalizar el cotejo. Vamos, dominar un partido, es hacer alusión a que es el mismo se represente de la forma deseada, y así fue, si bien la pelota la tuvo el Zamora, el Táchira en ningún momento trato de peleársela, por el contrario, era como que sí lo invitaran a jugar, eso sí, en su lado del campo. Proezas debían hacer los locales para pasar la media cancha, individualidades, tan solo pudieron penetrar en el área, ideas les faltaron, ya que jamás, en ningún compas del partido, encontraron la solución para atravesar las últimas líneas tachirenses. ¡Y es que tal era la presión, que el Chiqui Meza, con su acostumbrado 10 en la espalda, me hacía recordar más a un 5, volante de salida, que un enganche distribuidor!
            El gol, obra de arte táctica, cátedra y ortodoxia pura, digno de ser grabado y mostrado en todas las escuelas y categorías juveniles del país. De ahí en más, la camiseta y experiencia siguió pesando: Guerreo tardo casi 5minutos en abandonar el terreno de juego, tras una merecida roja, Sanhouse, que llevaba todo el partido perdiendo tiempo (Si con el 0-0 se demoraba a su gusto, ni hablar de con 0-1) convenientemente sufre incomodidades físicas luego de la expulsión de su compañero. Dieron 4 minutos al final, bien pudieron ser más, el Táchira jugo el partido que quiso, nada impresionante aquí, lo de aplaudir es que el Zamora también jugo el partido que los aurinegros decidieron que jugaran… Partido redondo para los vencedores, inclusive con la roja, era obvio, que con ese tipo de planteamientos existía cierta predisposición a acabar con diez, nada llamativo. Pinto mostro que sabe a lo que juega, el Táchira, demostró que esta para jugar y ganar finales, la incógnita, tras un partido emocionante y digno de mucho estudio táctico, recae sobre quién dominara a quién en el próximo encuentro. ¿Podrá Zamora encontrar las soluciones que no encontró el domingo? ¿Sabrá Táchira aguantar la diferencia a favor? ¿Quién adivina primero a que jugara el otro? ¿Quién adivina antes en que variara el otro? Sonrió, es que estos cotejos dejan mucha incertidumbre, pero un aplauso para una final digna en lo deportivo y en lo extra-deportivo, solo me fastidio un poco la entrega de la Copa del Clausura al finalizar el compromiso, ¿Celebrar tras la reciente derrota? ¡Vamos! ¿No encontraron peor momento para hacer la entrega del trofeo?.... De ahí en más, brindo, brindo por nuestro fútbol y por una digna final… ¡Salud!
  • · Pedro Fernández: El mejor del partido a mi parecer, un jugador hecho para este tipo de encuentros, diseñado para jugar finales, ese que todo técnico quiere en su equipo; y es que el momentáneo capitán del Táchira, pareciera tenar muy desarrollada la zona límbica, dado a que su escala motivacional la percibo un poco más alta que la de sus colegas. Gran rendimiento para el mediocentro.   
  • · Sergio “Barranca” Herrera: También de gran rendimiento, corrió mucho entre la línea defensiva y de salida del Zamora, estorbo y fastidio cuando debía, tarea extra supo cargarse al recuperar varios balones peligrosos. En lo ofensivo, supo aguantar la pelota con 0-1, pivotear cuando era necesario, amarrar y proteger la esférica en función de las necesidades del equipo, jugadorazo, de gran rendimiento durante todo el año además.
  • · Manuel Sanhouse: Si bien no sufrió mucho, supo mostrar su experiencia dentro del terreno de juego. Correcta colocación en cada una de sus intervenciones, nada que objetar para el experimentado golero.
  • ·Sebastián Hernández y Edgar Pérez Greco: Se desplazaron con mucha ortodoxia en el terreno de juego, junto al “Barranca” deberían de dar clases de movilidad a la hora de contragolpear, gran gol además para el “Flaco”.
  • ·Jorge Luis Pinto: Ni siquiera los abucheos de la tribuna, los cuales provocaron su cambio posicional en el estadio para poder observar el juego, lograron desconcentrarlo, desde afuera da la sensación de que supo, inclusive, dirigir a su equipo a la distancia. Planifico muy bien el partido y se dio tal cual como él lo decidió. El domingo, si cabe, demostró que es un gran técnico.
  • · José de Jesús “Chuy” Vera: Un gran Dt, está de más decirlo, sin embargo se vio muy superado por su colega rival. No supo desde lo táctico, ni desde el banquillo, encontrar soluciones al planteamiento aurinegro, y aunque las busco, estas se le hicieron esquivas durante todo el cotejo. Habra que ver como plantea el próximo partido.
  • · Jesús “Chiqui” Meza: Participativo, sí, demasiado atrasado, también, así como el Zamora no puedo pasar de media cancha, el Chiqui, se quedó igualmente de ese lado, reflejo directo del conjunto, cuando esporádicamente lograba despegarse de Suanno y Arocha, y quizás, sacarse de encima a Pedro Fernández o Diego Guerrero, tampoco pudo ser muy influyente de forma potencial en pro al desarrollo de volumen futbolístico en zona3. Pinceladas de clase, intentos de genialidad, ahuyentando a su propio campo, y poco más.
  • · Vicente Suanno: El capitán trato y trato, pero no pudo pesar positivamente. Por temas de marca y parado táctico del rival, tuvo que cederle la salida de juego al Chiqui, cuando esto empezó a darse, simplemente, crónicas de una muerte anunciada.  
  • · Luis Terán: No jugo un mal partido, aunque personalmente, no me dio la sensación de estar listo para el compromiso, lo note un tanto nervioso, algo quizás normal. En el gol, realmente nada que culpabilizar para el joven guardameta, aunque sí es cierto no se vio muy bien tras la gambeta de Pérez Greco, realmente no tenía mucho que hacer.
  • · Jonathan Copete: Quizás el mejor de los locales, bueno, al menos el más destacable. Cuando busco el uno contra uno, la mayoría de las veces, gano, más de forma inmediata se hacían presente los relevos tácticos del Táchira. No pudo pesar en lo colectivo.
Lisbm. Lizandro Samuel

jueves, 19 de mayo de 2011

La nota triste.


            Mientras aún suena la dulce melodía de la victoria para unos, la pasible música de la derrota con las botas puestas paras otros, y la intensa y apasionante pieza de suspenso ante la venidera final; existe un leve (Porque así se quiere) fondo de violines, tan tranquilos como melancólicos, que se enfundan y se conjugan en la sinfonía del fútbol venezolano temporada 2010/11. Unos violines que por ahí parecieran desentonar con los demás instrumentos, pero que al escucharlos bien, me doy cuenta de que encajan a la perfección con la realidad vivida, siendo los mismos, consecuencia directa, obvio resultado además, de una conjunción de elementos e instrumentos previos. Sí, es la nota triste de nuestro balompié, esa que sigue sonando con el paso de los años, y que a veces, en vez de hacerla salir del auditorio, se prefiere tratar de opacar con la vehemencia de otras notas más agradables y placidas, mas para pesar de muchos, y el mío en particular, esa engorrosa nota sigue sonando.
            Y de fondo se sigue escuchando el violín de la violencia, que muchas veces se quiere minimizar, pero que pareciera ser que suena con mayor fuerza cada vez. Un crecimiento en afición es evidente, canticos y maneras traídas, algunas, del sur del continente, problemas, varios, los que parecieran también querer imitar de otras sonadas barras bravas. Claro, soluciones algunas, efectivas han sido, otras no tanto, mas el hecho de que siguán apareciendo y reiterándose estos ultrajantes actos (Para el fútbol, deporte, y país), me da a pensar, que no han dado con la forma de sacar al violinista del auditorio, tan solo tratan de disminuirlo, pero ojo, que este es capaz de agrandarse en cualquier momento, y esperemos que no, pero cuidado y si en un futuro no se le antoja ser el músico principal.
            Y si hablamos de músicos principales, otro hay que nombrar, sí, es que protagonismo ha querido tomar, me refiero a la “policía”, para bien o para mal, al primer plano ha querido llegar. Se ausenta en diferentes partidos, violentos ataques ejecutaron en el Olímpico. Pobres aficionados los del Caracas, que una paliza recibieron por sus espaldas… Y es que en el último tramo del torneo mucho se habló de ellos, entre esos inhumanos actos violentos, e incomparecencias e insuficiencias posteriores, la policía (Y mis disculpas por generalizar) al primer plano, ha sabido pasar.
            Aunque sin lugar a dudas la nota quizás más triste de la sinfonía, la siguen tocando los dirigentes, los que no están preparados, los que malogran a los equipos, aquellos que de proyectos conocen poco, y de hacer sufrir a jugadores, cuerpo técnico y aficionados pueden escribir un libro. Atlético Venezuela y Caroní dieron una verdadera cátedra desde los despachos esta temporada, la forma más clara y evidente de COMO NO SE DEBEN HACER LAS COSAS. El camino al crecimiento está en hacer todo lo contrario a lo que los dirigentes de estos equipos hicieron. ¡Vamos! ¿Quieren tocar una melodía más agradable?, saben a donde tienen que ir a preguntar que no hacer, seguro mucho van a aprender.
            ¡Ah! Y si alzamos la vista al final del salón, vemos en el escenario, al músico más viejo de toda la banda, tan añejo como lamentable, de figura decrepita pero constante, se muestra con su suave e implacable melodía, ese que personifica todos, y cada uno, de los maltratados terrenos de juego sobre los que hacen jugar a nuestro jugadores de elite. Ese que se encarga también de tocar la nota de la falta de infraestructura. Ese viejito que da la sensación que entre los músicos más tristes de la orquestas, es el único que nadie o muy pocos, parecieran estar decididos a sacar. Decrepito y añejo, problema, triste e insuficiente, así se muestra la ausencia de infraestructura y el deterioro de la poca que hay. ¡Qué viejo tan fastidioso, aquel que nadie ha podido, ni querido decididamente, sacar del musical!
            Discúlpenme, mis más sinceras disculpas, hasta a mí se me escapo una lagrima. ¡Es que no puedo ignorar esa música de fondo!, y que mejor momento para recordarla, que ahora, que suenan dulces melodías de apasionante final de campeonato, ahora, que se avecina una, seguramente, muy disputa final, y un impronosticable octogonal, hoy, me he querido acordar, de la nota triste de nuestro balompié, y preguntarme además, ¿Cuándo dejaremos de hacerla sonar?
Lisbm. Lizandro Samuel.

lunes, 16 de mayo de 2011

Un aplauso al campeón.


            Sí, uno solo, unísono y fuerte, que roce la perfección auditiva, que retumbe y se escuche en todo el territorio nacional, algo poético y estético, algo, que defina al maravilloso Zamora F.c, merecido campeón del torneo clausura 2011. Ejecutor de un matiz de fútbol muy alto, y poco acostumbrado a verse en nuestros torneos. Balón a ras de piso, continua fluidez, tocarla mucho y térnela poco, con todo el mérito añadido que acarrea el efectuar ese estilo de juego en nuestro deteriorados engramados. Precioso, estético, y contracultural, adjetivos, algunos, que me sirven para definir al conjunto llanero, justo y merecido campeón.
            Resulta, hoy, muy fácil, hablar de las causas y merecimientos, y quitarse el sombrero ante este equipo, mas es indudable, que tan solo los involucrados en el mismo, pueden saber el verdadero sentir y significado del triunfo concretado el domingo… Un torneo apertura de muchos sinsabores; una Copa Venezuela que por ahí se les escapa dramáticamente y que sin ánimos de tocar el tema del arbitraje, queda resaltar el esfuerzo, valentía, coraje, orden táctico, e inteligencia mostrada por Trujillanos. Un torneo apertura en que la palabra “fracaso” fue muy usada por los medios nacionales, en el que el dinero, se les hacia escaso a los jugadores y cuerpo técnico, sí, deudas, ¡malditas deudas! Que siguen azotando a nuestro balompié.
            ¡Bendita Odisea! Epopeya Griega, perdonen, ¡Bendito Zamora! Epopeya Venezolana. Del fracaso al éxito, nunca fueron tan malos, aún no son tan buenos. Problemas extradeportivos anudados a la cuestión, soluciones posteriores, resultados inmediatos. Una ideología marcada, y defendida aún ante las adversidades. Un viaje largo, y es que si bien, como dicen por ahí, el éxito, nunca esta antes que el esfuerzo, ni siquiera en el diccionario, solo el mítico Odiseo, y quizás, el legendario Homero, pudiesen entender las cosas por las que pasaron los Barineses para alzarse con el título.
            Y no nos confundamos por favor, que por muy agradable que resulte a la vista, este fútbol no se trabaja desde lo estético, ni de algo tan banal, o trivial, como el resultadismo; esta idiosincrasia se enmarca primero en asumir, que como futbolistas, la herramienta de trabajo principal, es el balón, por ende, debe trabajarse mucho con él, sobre todo en los entrenamientos, aunque suene obvio, resulta indispensable su uso continuo, segundo, en una idea de juego colectiva, para jugar en función de las necesidades del equipo, es necesario darle fluidez y recorrido a la pelota, para aquellos que piensen que esto adormece el juego, siempre hay que tener en cuenta, que la esférica, se mueve más rápido que cualquier jugador. La gambeta, y explosividad, en el fútbol actual son muy necesarias, saberlas usar y en qué momento, se convierte en un arma letal, tres-cuartos de cancha para adelante, creatividad pura. Y por último, pero no menos importante, siempre cuidar las maneras sin importar el resultado, se sobreentiende, que ante las formas correctas, la mayoría de las veces, los resultados serán positivos. Es con principios como estos, o al menos parecidos (Evidentemente cualquier entrenador que maneje estas ideas, Chuy Vera, mención aparte, las podrá explicar con mayor claridad), como se va logrando un alto matiz de fútbol, desligado de frases incoherentes como “un equipo ganador” o “un equipo que juega para ganar”, vamos, ¿Algún equipo, técnico, entrenador, o jugador, juega para perder? La diferencia está, en los caminos que se escogen para alcanzar ese objetivo.
            Por estas causas, me resulta muy contracultural el Zamora, porque va en contra de la idea común que se plantea (Aún desde la bases) en casi todos los rincones de nuestro balompié. Y es que ignoro, o mejor aún, reconozco, el carácter abstracto de frases como “jugar bien” o “jugar mal”, pero se me hace evidente, el diferenciar matices e ideologías de juego, todos válidos, dependiendo de dónde se vea, para alcanzar los objetivo, que siempre es el mismo, ganar, bien sea un partido, un título, o una serie de ida y vuelta. Es que te lo dicen con simpleza, anota más goles que el contrario, ¿Cómo generar las oportunidades de anotarlos, aprovechar las oportunidades, y evitar que el contrario las genere? He ahí el dilema.
            De este modo, me confieso admirador del fútbol al que juega el Zamora, así como de uno de sus intérpretes más acordes a la sinfonía (Ah, y es que para cada filosofía, existirán unos intérpretes, no es cosa de este es “bueno” o “malo”, es cosa de cual es más útil) el Chiqui Meza, pero de él, hablare otro día.
            Un técnico, y un cuerpo técnico, que supieron trabajar muy bien, unos intérpretes, que supieron leer, y ejecutar de la forma más potencial, todas las partituras, y es que lo único que lamento de ver a los blanqui-negro campeones, es que dudo (Razones hallo en la historia de nuestro fútbol), sobre el futuro presupuesto del equipo, me temo, que no puedan reforzarse, o simplemente mantener el plantel, de cara, a la próxima Copa Libertadores y torneo local.
            ¡Como la Odisea! Homero se hubiese deleitado contando las proezas de este conjunto, que se sobrepuso a problemas extra-deportivos, que remo contracorriente, que paso de pelear el descenso, a pelear el campeonato, a salir campeón; siempre cuidando las maneras… ¡Oh Zamora! ¿Te consagraras frente a Táchira? ¿¡Bordaras una merecida estrella en tu camiseta!? Nadie lo sabe, de lógica poco, a veces, con la redonda, por eso la consecuencia con el estilo, y más si ya te ha dado resultados, es la mejor arma ante la incertidumbre, y la sapiencia de que hay cosas que no se pueden controlar (Recordemos siempre que enfrente hay un rival), pero aun así, y con todo esto, creo que lo más destacable de toda esta epopeya, son las palabras de su gran capitán, aquellas que dijo hace ya varios días “Hemos demostrado, que no hace falta deberle plata a un equipo, para pelear campeonatos”
Lisbm. Lizandro Samuel.

lunes, 9 de mayo de 2011

Aja, ¿y ahora?… ¿Quién pronostica campeón?


            Pronósticos diversos ha habido, diferentes opiniones han erguido a uno y otro con el título, casi como en un 50-50 han dicho Zamora o Caracas, mas si en algo han coincidido la mayoría es en que esto se definía en la última jornada… y vaya que entonces hubo un acierto en general. Final de infarto, estadio Olímpico, domingo 15, dos protagonistas: Caracas F.c y Zamora F.c. Tan solo 1pt distancia a los llaneros del cuadro capitalino, una victoria o un empate, lo llevan a alzar la copa, un derrota, la da el título a los locales, una bocanada de aire, el fuerte palpitar, apuestas, suspiros, sobresaltos, tristeza, conmoción, y de más emociones, serán las que sentiremos todos y cada uno de los que vivamos el partido… Como suele decir un reconocido comentarista internacional: “90 minutos del deporte más hermoso del mundo” sí, y ahora en su máxima expresión.
            Una lástima es, que el gramado del estadio no se encuentre (Como casi siempre) en sus mejores condiciones, algo que como de costumbre atenta contra el espectáculo y juega en contra de los dos equipos, pero que el día domingo, me parece, afectara más al estético Zamora.
            Una afición, que sin lugar a dudas, como ya es costumbre, jugara su propio partido desde la tribuna: cantos, jolgorio, pasión, y hasta un poco de folklore, se conjugaran en la sur del Olímpico, y se moverá como una intensa e impresionante marea roja, que con oleadas de saltos hará vibrar todo el estadio, un estadio, que por demás está decir, se pintara de rojo, y adquirirá una estruendosa acústica con su típico “Dale ro”.
            Un crack, que puede definir el partido, con la magia y fantasía que despliegan sus botas, con la determinación e inspiración que lo han elevado a la categoría de mejor jugador del torneo clausura (A mi apreciación personal), con ese plus según el cual, pareciera que cuando está en su día, ni el mejor de los centrales, ni el más aguerrido de los mediocentro, ni el más determinado de los futbolistas, puede frenarlo…Un Jesús “Chiqui” Meza, que guía, y lleva los hilos futbolísticos de este contracultural Zamora, que juega con tranquilidad, fantasía, y eficacia, y que cada vez que toca la esférica, un venezolano se pregunta: ¿Por qué no es llamado a la selección?
            Un plantel del Caracas, que si bien sufrió (Porque no fue fácil) y experimento una fuerte reestructuración, ha sabido salir adelante, y ojo, que cuando de instancias decisivas se trata, los Rojos del Ávila, al menos en el ámbito local, pueden escribir un libro.
            Dos capitanes, Jiménez y Suanno, el primero es el motor del Caracas, exquisitez, precisión, y control emana, uno de los herederos, del legado que dejaron el “Pájaro” y José Manuel. El segundo, es el carácter, el alma, el espíritu, y el liderazgo de su equipo, que esta vez deberá ejercer desde lo simbólico, y psicológico, dado que por suspensión, no estará sobre el gramado del estadio Olímpico.
Dos técnicos, ambos de la nueva generación, bueno, la generación del presente que ya es una realidad. Ambos fieles a su ideología, uno porque cree en un matiz de fútbol estético y efectivo, una idea de juego que poco se implementa en nuestro país, una fluidez y control de balón, esa idiosincrasia que te dice “tenla poco y tócala mucho”. El otro, porque apostando a sus armas, resulta ser fiel a la fuerza canterana, a darle salida y oportunidad a los formados en su fútbol base, para así nutrir al primer equipo de grandes jugadores “made in Caracas”, hechos en casa… ¿Curioso no? Si juntamos ambas filosofías, esas que a lo largo de todo el torneo clausura han marcado la idea de los hoy finalistas y definidores del título, ¿Qué resulta? ¡Vamos! Juguemos un poco con la mente y hagamos un homogeneidad ¿Les viene a la mente algún club en el mundo?...
Para concluir, si bien puedo apostar a por un campeón, está claro que no soy un Oráculo, mas si me parece que será un partido muy emocionante, quizás hasta más emocionante que atractivo, no lo sé; ambos tienen sus argumentos, válidos y de peso, cualquiera seria a día de hoy, un justo campeón, al menos desde lo netamente deportivo, para otro día, analizar los factores extra-cancha… En fin, a disfrutar del final de  nuestro apasionante torneo, que igualmente, como nos deja este estupendo final de curso, nos da para la reflexión, la crítica, y la pena, por cosas como el 15-0 del Vigía al Caroní, o el 10-0 del Anzoátegui al Atlético Venezuela. Partidos que se pierden desde los despechos de la dirigencia, goleadas que la sufren los jugadores no solo en la cancha, sino a la hora de cobrar… Vale, mis disculpas a los lectores por desviarme un poco del tema, es que me cuesta deja de mencionar las lamentables tristezas e injusticias que siguen azotando al fútbol venezolano… Pero bueno, ahora sí, me despido, y con la fe de que el día domingo no se interrumpa la transmisión del partido por causas ajenas a toda nuestra voluntad y poder, les pregunto ¿Quién pronostica campeón?
Lisbm. Lizandro Samuel

lunes, 2 de mayo de 2011

La risa del fútbol


Acróbata, malabarista, juguetea con el público, una carcajada frente a la prensa, la despreocupación, en la posición que más preocupación genera, en fin, “una risa” así es Renny Vega.
Tómese como quiera, una risa burlesca, una risa de felicidad, una risa ante la victoria o una risa anta la adversidad… Simplemente una risa de fútbol, y no porque así la manifieste el que, para mí, es el mejor golero del país, y uno, al menos, de los 10 mejores militantes en el continente, sino porque cualquiera que haya visto jugar a este magnífico portero, cuando menos, una sonrisa dibujo en su rostro; ante un estilo casi tan único y contracultural, como irrepetible y especial.
Dicen que debía jugar con los pies, pero es que es un fenómeno con las manos, dicen que debió ser delantero, por favor, ¿y privar a nuestras retinas de un espectáculo tan entero?.... ¡Vamos! Una risita cuando menos…
Seguro bajo los tres palos, rápido en los mano a mano, ¡y vaya que achica muy bien!, juega bien con los pies, sus saques de meta son más bien asistencias, y algo, que no se comenta mucho, pero que en el fútbol actual vale en demasía, es el riesgo, casi siempre efectivo, con el que sale a cortar, y atajar, los balones cruzados por el área… Completísimo arquero, de esos que ganan no solo partidos, sino campeonatos, pero además, es de esos que te divierte, que ofrece un espectáculo, y te calienta los Derbys y los Clásicos; ¡Porterazo! Y es que en el negocio actual, sus servicios, resultan una inversión segura, en todos los sentidos…
Nació el 4 de julio de 1979, en Maracay, y francamente ignoro si nació llorando o riendo, o ¿quién sabe? Tal vez amago con cortarse el mismo el cordón umbilical solo para chistear con el médico… Bloopers, se ha lanzado alguna vez, ¿pero que se la hace? Pequeños gajes del oficio, sí es que la mayoría de las veces su fútbol resulta tan peculiar como efectivo… ¡Permiso maestro! Siga emocionándonos con sus atajadas y divirtiéndonos con su estilo. Reny Vega, la risa del fútbol, y no porque él se ría, sino porque los que lo vemos jugar sí lo hacemos. ¡Y un guiño además! A quienes olvidaron como divertirse, cobrando por hacer, lo que en teoría, más disfrutan…Renny Vega, la risa del fútbol.
Lisbm. Lizandro Samuel